ENCUENTRO MISIONERO DE ADVIENTO EN LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS GRACIAS – Período de misión, alegría y sorpresas

Publicado el 01/16/2018

La Misa presidida por Mons. Sergio Aparecido Colombo en la Casa Monte Carmelo fue el punto culminante de la Misión de Adviento que las hermanas de la Sociedad Regina Virginum desarrollaron en las capillas de la parroquia de Nuestra Señora de las Gracias.

 


 

Desde 2009, cuando Mons. José María Pinheiro creó en la diócesis de Bragança Paulista, Brasil, la parroquia de Nuestra Señora de la Gracias y la entregó al cuidado pastoral de la Sociedad Clerical Virgo Flos Carmeli, secundada por las hermanas de la Sociedad Regina Virginum y por los Heraldos del Evangelio,1 el Adviento se presenta para nosotros como un período de trabajo intenso, con muchas alegrías y sorpresas.

 

Actividades misioneras en un clima de júbilo

 

Para las hermanas de la Sociedad Regina Virginum las actividades se multiplican en esa época, pues en cada una de las trece comunidades que componen la parroquia se desarrollan diversas formas de evangelización propias a dicho tiempo litúrgico.

 

Con la ayuda de los fieles y la participación especial de los niños, se monta en cada capilla un esmerado y piadoso belén. Se organiza también la novena de Navidad en las distintas comunidades, durante la cual se promueven misiones especiales. Se llevan a cabo las “visitas del Niño Jesús”, en las que grupos de niños de la catequesis, aprovechando las vacaciones escolares, recorren las calles del barrio en compañía de las religiosas con una imagen del divino Infante para que bendiga los hogares; es una ocasión también para conocer de cerca las necesidades del prójimo y tratar de ayudarlo.

 

Aunque ese período resulta algo agotador para las hermanas que participan en ellas y para los parroquianos que las auxilian, todas esas acciones evangelizadoras contribuyen a aumentar el clima de júbilo tan característico de las conmemoraciones navideñas. En el corazón de las misioneras producen gran contentamiento, pues, como enseña el Apóstol, “hay más dicha en dar que en recibir” (Hch 20, 35).

 

Visitas destinadas a reencender la esperanza

 

Siempre atentas a las orientaciones pastorales del actual obispo de la diócesis de Bragança Paulista, Mons. Sergio Aparecido Colombo, las hermanas. se empeñaron en este Adviento en hacer que los fieles de la parroquia de Nuestra Señora de las Gracias conocieran mejor el significado de ese período de preparación para la venida del Señor y lo vivieran con mayor compenetración.

 

Contando con la ayuda entusiasmada de los parroquianos de las distintas comunidades, las hermanas visitaron, en las primeras semanas de diciembre, numerosas residencias y comercios, procurando reencender en las almas la esperanza en Dios, recordándoles cómo esos días que anteceden a la Navidad son propios para alcanzar de Él gracias y bendiciones especiales de conversión.

 

Como suele ocurrir en las misiones, ese contacto más cercano con los habitantes de la región fue una oportunidad para que muchas personas se sintieran animadas a volver a frecuentar la Iglesia, participando en las Misas dominicales, inscribiéndose en los cursos de catequesis e, incluso, convirtiéndose ellas mismas en nuevos misioneros.

 

 

Una grande y agradable sorpresa

 

Uno de los más importantes eventos programados en la Misión de Adviento de este año era el encuentro general de las capillas de la parroquia, que tendría lugar el 9 de diciembre en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, de la Casa Monte Carmelo. Al ser ésta la Casa Generalicia de la Sociedad Regina Virginum, las hermanas ya habían recibido en ella a personalidades eclesiásticas como los cardenales Franc Rodé y Raymundo Damasceno Assis, además de autoridades civiles, como Geraldo Alckmin Filho, gobernador del estado de São Paulo, y Fabio de Salles Meirelles, patrono de los Heraldos y presidente de la Federación de Agricultura y Ganadería del estado de São Paulo (Sistema FAESP/SENAR). Pero aún no había surgido la ocasión propicia para invitar a su obispo diocesano para que las visitara.

 

Aprovechando entonces que Mons. Colombo presidiría una ceremonia de Confirmación en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, en el mismo municipio, decidieron presentarle dicha invitación y que también se dignara celebrar la Misa de apertura del mencionado Encuentro Misionero. Y, aunque tenía una agenda muy apretada ese día, el prelado aceptó, haciendo que ese clima de júbilo fuera intensificado con una grande y agradable sorpresa.

 

La Celebración Eucarística presidida por D. Sergio Aparecido fue animada por una variada y numerosa agrupación coral de jóvenes y niños, resultado de juntar los coros de las distintas capillas. Participaron también, revestidos de sus características sotanas, monaguillos y “martitas”, niñas que sirven al altar preparando la parte práctica de la ceremonia y velando por el mantenimiento del material litúrgico.

 

Impresionado por la presencia de tantos jóvenes y niños, el obispo manifestó en la homilía su satisfacción por las iniciativas misioneras de la parroquia, destacando la importancia de atraer a la juventud a la Iglesia y de convertirla en un elemento activo en la difusión de fe.

 

Con la mirada puesta en el Año Nacional del Laicado

 

Tras la celebración, los parroquianos se dirigieron al amplio comedor del edificio donde pudieron asistir a una breve retrospectiva de las actividades más recientes de la parroquia y, a continuación, disfrutar de un aperitivo ofrecido por las hermanas, en un ambiente de mucha armonía y bienquerencia, al son de músicas ejecutadas por las instrumentistas de la casa.

 

Durante esos momentos de convivencia, los fieles pudieron intercambiar ideas sobre los próximos proyectos de evangelización, teniendo en vista el Año Nacional del Laicado, que comenzó en la Solemnidad de Cristo Rey, y que destacará a lo largo de 2018 el papel de los laicos como “sal de la tierra y luz del mundo” en la propagación del Evangelio.

 

En uno de esos animados círculos de conversaciones fue donde alguien comentó, con acierto, cómo el Evangelio del día se ajustaba a la ocasión. De hecho, el texto de San Mateo registraba las palabas de Jesús a sus discípulos al enviarlos en misión: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 37-38).

 

Forman parte de la familia espiritual de los Heraldos del Evangelio dos sociedades de vida apostólica de derecho pontificio: la Sociedad Clerical Virgo Flos Carmeli, en la que están incardinados los sacerdotes heraldos, y la Sociedad Regina Virginum.

Esta última está compuesta por numerosos miembros de la rama femenina de los Heraldos que llevan vida fraterna en común, bajo el signo de la caridad.

 

 

Misa con Mons. Colombo – Los variados uniformes de los monaguillos, “martitas” y miembros del coro dieron

una nota de color a la solemne celebración presidida por Mons. Sergio Aparecido Colombo. Prestigiaron el acto Con su presencia el alcalde de Mairiporã, Antonio Shigueyuki Aiacyda, y sor María Antonieta Bruscato, superiora provincial de las Hermanas Paulinas, a quien vemos en la foto, a la derecha, saludando a dos jóvenes monaguillos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Convivencia fraterna – Pan de queso casero, algodón dulce y otras delicias amenizaron animadas conversaciones tras la Misa. Hubo también un improvisado concierto. Durante esos momentos de convivencia, los fieles pudieron conocerse mejor, entablar nuevas amistades e intercambiar ideas acerca de los próximos lances de evangelización.

 
 
 
 

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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