Fue un benedictino quien descubrió la
champaña
En una abadía del siglo XVII, en Hutvillers,
Francia, el monje benedictino Pedro Pérignon
elaboró la bebida que conquistaría el paladar
de todo el mundo. Varón observante y austero,
pero de un espíritu curioso y emprendedor, él
descubrió la forma de transformar el vino común
en espumante (el método champenoise) y,
lo que es más importante, una manera de acondicionarlo
para que el gas no se perdiese. Para
que no bastase esa innovación, el monje fue el
responsable por la creación de la copa flûte y de
la técnica de mezclar vinos – el assemblage.