DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

Publicado el 03/21/2013

La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra el Domingo siguiente al Domingo de Pascua. Esta Fiesta fue instituida por el Papa Juan Pablo II para recordar y conmemorar la Misericordia Divina. Precisamente éste Domingo será canonizado.

 

El Señor Jesús escogió a Santa Faustina por secretaria y apóstol de su misericordia para, a través de ella, transmitir al mundo su gran mensaje. “En el Antiguo Testamento —le dijo Jesús? enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón misericordioso” (Diario, No. 1588).

 


Breve Historia

Santa María Faustina Kowalska

 

Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos más conocidos de la Iglesia. A través de ella el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo.

 

Nació el 25 de agosto de 1905, siendo ella la tercera hija entre diez hermanos de la familia constituida por Mariana y Estanislao Kowalski, campesinos de la aldea de G?ogowiec, Polonia. En el santo bautismo, celebrado en la iglesia parroquial de ?winiceWarckie, se le impuso el nombre de Elena.

 

Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, la laboriosidad, la obediencia y una gran sensibilidad ante la pobreza humana. A los 9 años recibió la Primera Comunión. La vivió muy profundamente, consciente de la presencia del Huésped Divino en su alma. Su educación escolar duró apenas tres años. Al
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cumplir 16 años abandonó la casa familiar, trabajando como empleada doméstica en casas de familias acomodadas de Aleksandrów, ?ód? y Ostrówek, para mantenerse a sí misma y ayudar a sus padres.

 

El 1 de agosto de 1925 entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia donde, como sor María Faustina del Santísimo Sacramento, vivió trece años. Trabajó en distintas casas de la Congregación. Pasó los períodos más largos de su vida religiosa en Cracovia, P?ock y Vilna cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera.

 

Espiritualidad de la Divina Misericordia

 

Su espiritualidad se basa en el misterio de la Divina Misericordia, en el cual, Santa Faustina meditaba en la Palabra de Dios y contemplaba en lo cotidiano de su vida. El conocimiento y la contemplación del misterio de la Divina Misericordia desarrollaban en ella una actitud de confianza de niño hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. “Oh Jesús mío, -escribió- cada uno de tus santos refleja en sí una de tus virtudes, yo deseo reflejar tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello, y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra” (Diario, No. 1242).

 

Secretaria de la Misericordia Divina

 

El Señor Jesús escogió a Santa Faustina por secretaria y apóstol de su misericordia para, a través de ella, transmitir al mundo su gran mensaje. “En el Antiguo Testamento —le dijo Jesús? enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón misericordioso” (Diario, No. 1588).

 

La misión de Santa Faustina consistió en 3 tareas:

 

1.- Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.

 

2.- Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús:

 

– Difundir la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío,

 

– Celebrar la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección,

 

– Rezar la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde).

 

A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia, el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.

 

3.- La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia, que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por Santa María Faustina. Este camino es la actitud de una confianza de niño hacia Dios, que se manifiesta en cumplir su voluntad y la actitud de caridad hacia el prójimo.

 

¿En qué consiste la Fiesta de la Divina Misericordia?

 

Hasta el año 2000, la Fiesta de la Divina Misericordia había sido una devoción privada. Pero ya el 5 de mayo de ese mismo año, la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede declaró el Segundo Domingo de Pascua, es decir, el domingo siguiente al Domingo de Resurrección, como “Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia”.

 

El Papa Juan Pablo II había dado la sorpresa al mundo de hacer ese anuncio el día en que canonizó a Sor Faustina Kowalska, precisamente en el Domingo de la Divina Misericordia del año 2000.

 

“Así pues, es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de “domingo de la Misericordia divina”

 

(Homilía del Siervo de Dios Juan Pablo II, Domingo 30 de abril de 2000)

 

El Santo Padre Juan Pablo II quiso que este domingo se celebrara como la fiesta de la Misericordia Divina: en la palabra “misericordia” encontraba sintetizado y nuevamente interpretado para nuestro tiempo todo el misterio de la Redención.

 

(Homilía de S.S. Benedicto XVI el Domingo 15 de abril de 2007, Fiesta de la Divina Misericordia).

 

Así, lo que era una devoción privada, ya muy extendida en numerosas partes del mundo católico, pasó a ser Fiesta oficial de la Iglesia. El Papa dispuso que se conservaran los mismos textos tanto en el Misal Romano, como en la Liturgia de las Horas.

 

El texto evangélico de ese domingo (Juan 20, 19-31) es elocuente en cuanto a la Misericordia Divina: narra la institución del Sacramento de la Confesión o del Perdón. Es el Sacramento de la Misericordia Divina.

 

¿En qué consiste, entonces, esta Fiesta de la Divina Misericordia? He aquí lo que dijo Jesús a Santa Faustina: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo un mar de gracias sobre las almas que se acerquen al manantial de mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas” (Diario, No.699).

 

(Decreto sobre las Indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia, Penitenciaría apostólica, 29 de junio de 2002)

 

¿Cómo surgió la devoción a la Imagen de la Divina Misericordia?

 

El primer elemento de la Devoción a la Divina Misericordia revelado a la Hermana Faustina fue la Imagen, el 22 de febrero del 1931. Jesús se le aparece irradiando rayos de luz desde su Corazón y le dice:

 

“Pinta una imagen según el modelo que ves y firma: “Jesús, en ti confío”. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla” se refería en la iglesia de San Miguel en Vilna, Lituania y luego en el mundo entero”. (Diario, No.47)

 

“Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria”. (Diario, No.48)

“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Este recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío”. (Diario, No.327)

 

“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas?“.”Ambos
rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza”.

 

“Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios”. (Diario, No.299)

 

“No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia”. (Diario, No.313)

 

“A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas, ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil”. (Diario, No.742)

 

En estos textos se explica la doctrina de la Iglesia en cuanto a imágenes, la justificación y la gracia. Primero, por sí sola una imagen es meramente una pintura, no importa cuán hermosa y expresiva sea. Sin embargo, puede señalarnos los misterios de la fe y disponernos a recibir aquello que representan, en este caso la Divina Misericordia.

 

Es por tanto el recipiente, no la fuente, un recordatorio, no la realidad. Esta realidad es la fuente misericordiosa de gracias que mana del Corazón traspasado de Cristo en la Cruz, y que mana visiblemente para representar lo visible, es decir lo sacramental, los signos de gracia, el Bautismo y la Eucaristía, representando todos los sacramentos de la Iglesia. Por ende, San Juan en su primera epístola insiste en la presencia de lo invisible con lo visible, el Espíritu con el Agua y la Sangre.

 

La imagen también nos recuerda que la salvación no es sólo por la fe, mas también por las obras y la caridad. Hay que tener fe para ver y creer en lo que significa la Imagen, la Divina Misericordia de Cristo derramándose en la Cruz, pero también hay que ser misericordioso, el amor que va más allá de los estrictos requisitos de la justicia, para atraer la Misericordia hacia sí mismo: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 7, 2). La imagen del costado traspasado de Jesús, derramando sangre y agua, nos recuerda que la Cruz, el amor en acción, es el precio de la misericordia. “Que, como yo os he amado, así os améis los unos a los otros” (Jn 13, 34).

 

¿Por qué la hora de la Misericordia Divina?

 

Nuestro Señor Jesús, en las revelaciones privadas a Santa Faustina, deseaba que todos los días se honrara aquel momento de su agonía en la Cruz, por esto le pidió: “Cada vez que escuches el reloj a las tres de la tarde, recuerda sumergirte en Mi misericordia, adorándola y exaltándola; invoca su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, pues fue en esta hora cuando Mi sacrificio se llevó a cabo para todas las almas” (Diario, No.517). “Es una hora de gran misericordia para el mundo entero”(Diario, No.440). “En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de mi Pasión?“ (Diario, No.1320).

 

Se trata, por consiguiente, de un momento dedicado a meditar sobre su dolorosa Pasión, porque precisamente en ella apareció de un modo más pleno y más claro el amor de Dios para con todos los hombres.

 

Al sumergirnos en la pasión de Jesús descubrimos su infinito amor misericordioso: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). Dando su vida por nosotros en la Cruz, Jesús nos muestra el amor del Padre: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16).

 

Jesús desea que se le adore y se exalte la misericordia de Dios, y que por los méritos de Su Pasión se pidan gracias tanto para sí mismo como para el mundo entero y sobre todo, para los pecadores.

 

Se debe tener en cuenta que la Hora de la Misericordia está ligada a las tres de la tarde y debe ser dirigida a Jesús y que la materia de oración y reflexión que nos ocupa es la muerte de Jesús.

 

 

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“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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