HERALDOS EN EL MUNDO – Julio 2019
Diecisiete nuevos sacerdotes heraldos
El 18 de mayo Mons. Benedito Beni dos Santos, obispo emérito de Lorena, presidió la ordenación presbiteral de diecisiete miembros de la sociedad clerical Virgo Flos Carmeli, en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, anexa al Seminario Menor de los Heraldos de Caieiras.
Naciones de distintos continentes
Más de ochenta sacerdotes diocesanos o pertenecientes a la sociedad clerical de vida apostólica Virgo Flos Carmeli, rama sacerdotal de los Heraldos del Evangelio, concelebraron en la Santa Misa. También acudieron al lugar centenares de fieles y familiares procedentes de distintas partes del mundo para asistir a la ceremonia.
Algunos eran oriundos de la India, de Vietnam o de Canadá y otros de países menos distantes de Brasil como Chile, Colombia o el vecino Paraguay.
Presencia espiritual del fundador
Nada más empezar la celebración Mons. Beni dos Santos hizo hincapié en saludar a Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, fundador de los Heraldos del Evangelio, y destacar su presencia espiritual en la basílica.
Esta misma presencia era igualmente notoria en la persona de cada uno de los ordenandos, verdaderos hijos espirituales de su fundador, cuya profunda devoción eucarística, espíritu de servicio a la Iglesia y amor a la cruz buscarán imitar en el ejercicio de su ministerio, siguiendo el carisma y la espiritualidad de la asociación.
Conformados según la cruz
Fue precisamente la necesidad de “conformar cada día su propia vida al misterio de la cruz del Señor”, como hace el fundador, uno de los principales puntos que destacó Mons. Beni dos Santos durante la homilía. Con ese objetivo, comentó la oración que reza el obispo ordenante al hacer entrega del cáliz y de la patena al recién ordenado: “Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”.
Vuestro ministerio exige una vida santa
También señaló que, para configurarse a Cristo, pontífice y víctima por nuestros pecados, es necesario que cada presbítero aprenda a ser, como Él, un buen pastor. Esto significa saber dar la vida por sus ovejas y tratar de iluminarlas con el ejemplo de una vida santa y sin mancha, propio de quien actúa in persona Christi y tiene por misión difundir su Palabra.
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Presentación de los candidatos –Al principio de la ceremonia los candidatos al sacerdocio son presentados a la asamblea y declarados dignos; después de la homilía cada uno de ellos se acerca al obispo y promete fidelidad y obediencia en el cumplimiento del ministerio sacerdotal.
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“Revestíos de Cristo” – Los paramentos sacerdotales son signo visible del carácter sagrado de los que van a actuar “in persona Christi”. Por eso, antes de recibir el cáliz y la patena y de tener las manos ungidas por el obispo, los recién ordenados son revestidos de la casulla y de la estola presbiteral, con ayuda de otros hermanos en el ministerio.
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Sacerdotes para siempre – Tras el rito de ordenación los demás presbíteros presentes en la ceremonia les imponen las manos en señal de comunión; el obispo celebrante les unge las manos y les entrega la patena con el pan y el cáliz con el vino, realzando la misión y la obligación de celebrar el Santo Sacrificio.
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Abrazo de gratitud –Antes de recibir la bendición final, le cupo al P. Cyril Avinash decir unas palabras de gratitud, en nombre de los nuevos ordenados, en las que destacó que si el Espíritu Santo pudo incendiar los corazones durante la ordenación fue por que Él ya habitaba superabundantemente en el espíritu de Mons. Beni dos Santos.
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Calorosos saludos finales – Después de la Santa Misa, amigos, familiares y hermanos de vocación concurrieron a saludar a los nuevos sacerdotes. El Dr. Mauricio José Lemos Freire abraza al P. Gilberto de Oliveira; en el centro, el P. James Vu con miembros de su familia; final el P. Cyril Avinash bendice a heraldos procedentes de la India.
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Dieciocho nuevos diáconos – Dos días antes de la ceremonia descrita en estas páginas, Mons. Benedito Beni dos Santos ordenó diáconos a dieciocho acólitos de la sociedad clerical de vida apostólica Virgo Flos Carmeli, rama sacerdotal de los Heraldos del Evangelio. El rito también tuvo lugar en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, de Caieiras.
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Primeras Misas de los nuevos sacerdotes
El mismo sábado y en los días siguientes los nuevos sacerdotes celebraron sus primeras Misas en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, también situada en Caieiras, y en la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, de Cotia
Numerosos familiares y amigos estuvieron presentes en esas celebraciones, regocijándose por el hecho de que la Santa Iglesia haya ganado 17 nuevos sacerdotes, dispuestos a actuar con fervor donde determine la obediencia.
El P. Jorge Enrique Velásquez Rojas (foto 2), P. Israel Pedroza Arias (foto 5) y P. Mario Fernando Ayala Agudelo van a ejercer su ministerio en Colombia. De Chile provienen P. Ricardo Andrés Hucke Jul (foto 3) y P. Daniel Ignacio Letelier Cosmelli (foto 7). Y el P. José María Troche Ferreira (foto 4) ya se encuentra ejerciendo su labor pastoral en Paraguay. En las otras fotos vemos al P. Gilberto de Oliveira (foto 1) y al P. Caio Pereira da Silva (foto 6), ambos de Brasil.
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Colombia –El día 13 de mayo millares de fieles se reunieron en la Catedral Metropolitana de Bogotá para conmemorar el aniversario de las apariciones de Fátima. Antes de la Misa, el P. Diego Moncada Suárez hizo la simbólica y solemne coronación de la Imagen Peregrina. Al final, los fieles se acercaron a venerarla.
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Portugal- Más de diez mil fieles se reunieron en el Santuario de Fátima en un nuevo Encuentro Nacional de los Heraldos del Evangelio. La Eucaristía fue presidida por Mons. Antonio Luciano, obispo de Viseu. Hubo también Adoración Eucarística y el tradicional y emotivo “Adiós a María” en la Capilla de las Apariciones
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Colombia – El día 7 de junio, Mons. Luis Manuel Alí Herrera, Obispo Auxiliar de Bogotá y Vicario de Religiosos y Vida Consagrada, bendijo el altar y sagrario del nuevo oratorio de la Casa San José, en San José de Bavaria. Visitó también ese día las casas destinadas a la evangelización de los jóvenes y la residencia de la rama femenina.
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