Misiones en el mundo

Publicado el 08/09/2013

 

Misión en el corazón de África

 


 

 

Les trasmitimos un breve relato de una misión realizada en Ruanda por dos religiosos canadienses. Quien nos comenta la interesante historia es el Hermano François Boulay.

 

Dos semanas de misión en el corazón de África

 

 

Cuando, de regreso a Canadá, el avión despegaba en el aeropuerto de Kigali, el corazón de los misioneros latía ya con añoranzas de las manifestaciones de fe allí presenciadas.

 

País montañoso con un clima templado, a pesar de estar situado en pleno corazón de África, Ruanda se hizo tristemente famosa a mediados de los años 90, debido a las masacres que llevaron a la muerte a casi un millón de habitantes. La población de esa antigua colonia belga, en su mayoría católica, aún sufre las secuelas de ese conflicto armado, aunque trata de superar las dificultades del día a día con admirable espíritu de fe, ánimo y gallardía.

 

 

Durante siete años, Emmanuel Batagata, cooperador de los Heraldos del Evangelio, ha estado haciendo en diversas ciudades de ese país de once millones de habitantes un intenso trabajo de divulgación del Apostolado del Oratorio. Y como, gracias a la Santísima Virgen, los frutos han sido abundantes, insistía frecuentemente en la necesidad de una visita de los misioneros heraldos para consolidar y estimular la devoción de los numerosos grupos del Oratorio que allí se han formado.

 

Es lo que ocurrió el 26 de junio, cuando el que escribe estas líneas y otro heraldo canadiense, el Hno. Joseph Bassi, emprendieron un largo viaje hasta Kigali, junto con una valiosa compañía: la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima. El mismo día de nuestra llegada comenzamos las actividades y llevamos a la celestial visitante al seminario menor San Vicente de Paúl, en el que 270 jóvenes se preparan para el ministerio sacerdotal.

 

 

Seguida siempre por un gran número de devotos

 

A continuación nos fuimos hacia Rango, al sur del país, donde la imagen peregrina fue fervorosamente acogida en el Colegio Salesiano y en otros centros escolares de los alrededores. Seguida siempre por un gran número de devotos, la Virgen visitó las casas de los participantes del Apostolado del Oratorio.

 

Las Misas diarias del párroco de Rango, el P. Gaspar Nteziryayo, SDB, suelen ser muy concurridas, especialmente por niños y jóvenes. Después de la Misa celebrada el día de la misión, rodearon a los Heraldos del Evangelio para pedirles medallas y estampas y hacerles miles de preguntas sobre el carisma de esa institución eclesial.

 

Escenas idénticas se repitieron en la ciudad de Mubumbano, donde la imagen peregrina fue llevada a la parroquia de Nyumba. Estuvo igualmente en numerosos hogares, acompañada en el recorrido por buena parte de la población, que desbordaba su alegría cantando sin parar durante horas. Más de cincuenta jóvenes de esa localidad manifestaron su deseo de ser admitidos en los Heraldos del Evangelio.

 

Conmemorando el séptimo aniversario del Oratorio en el país

 

 

 

En la fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, el 29 de junio, se cumplían siete años del Apostolado del Oratorio en Ruanda. La fecha fue conmemorada con una solemne Eucaristía en la iglesia principal de Rango. Varios parroquianos no dudaron en recorrer a pie una distancia de 20 kilómetros para participar en la fiesta. La animación del acto litúrgico estuvo a cargo de un coro de 60 jóvenes que reciben mensualmente en su casa el Oratorio del Inmaculado Corazón de María, algunos de los cuales necesitan recorrer un largo camino para poder asistir a los ensayos rutinarios.

 

En esa ocasión también se realizó la ceremonia de entrega del Oratorio a los coordinadores de los grupos recién creados, junto con la capa color naranja que los distingue.

 

— ¿Qué necesito hacer para ser un Heraldo del Evangelio? —preguntaban centenares de chicos y chicas al ver a los misioneros revestidos de su hábito.

 

Misión en Muhondo, Tumba, Vumbi, Sahera y Kibeho

 

Tras un largo viaje a Muhondo, localizada al norte de la capital, llegamos a Tumba la mañana del 2 de julio, acompañados por Emmanuel Batagata y el coro de los participantes del Oratorio. La misión comenzó con una Celebración Eucarística, al final de la cual se reunió alrededor de los misioneros una multitud de jóvenes y adultos, deseosos de conocer más detalles sobre el trabajo que realizan. Entre ellos se destacó una religiosa que, emocionada, les sugirió que volvieran más veces a Ruanda para evangelizar sobre todo a la juventud. Como en otras localidades, también visitaron a varias familias y tuvieron la oportunidad de incentivar a gran número de jóvenes a dar testimonio de su fe mediante el ejercicio de alguna actividad apostólica.

 

La tarde de ese día estuvo dedicada a una misión en Vumbi. En esta población rural de difícil acceso, los misioneros se conmovieron al observar la piedad verdaderamente impresionante de los fieles que llenaban la pequeña iglesia. Muchos de ellos suelen recorrer a pie cerca de 10 kilómetros para participar en la Santa Misa.

 

En la localidad de Sahera —próxima a Rango, una de las comarcas más pobres y sufridas del país— se formó una auténtica procesión, con cantos y bailes en torno a la Virgen Santísima que fue festivamente llevada a muchos hogares de los alrededores.

 

El primer sábado del mes, el 6 de julio, nuestras actividades se dirigieron hacia el Santuario de Nyina wa Jambo (Madre del Verbo), en la ciudad de Kibeho, a 30 kilómetros de Rango, para realizar una ceremonia en honor de la Virgen Madre de Dios en ese lugar donde Ella se dignó manifestar su afecto por el pueblo ruandés por medio de diversas apariciones, entre 1981 y 1983. Los infatigables jóvenes del coro formado por Emmanuel Batagata hicieron a pie el trayecto de ida al santuario, embellecieron la ceremonia y regresaron a sus casas de la misma manera.

 

Despedida en Rango y Kigali

 

Con ocasión de la Misa dominical en Rango, el 8 de julio, los fieles se esmeraron en hacer una ceremonia festiva, con bailes y entrega de regalos a los misioneros heraldos. Tras la celebración, aún nos fue posible aprovechar algunos momentos para visitar la casa de los Misioneros de la Paz de Cristo Rey, que cuidan a niños deficientes. Enseguida salimos hacia Kigali, donde permanecimos una noche antes de regresar a Canadá.

 

Cuando, después de casi dos semanas de intensas actividades, se cerraba la puerta del avión y se oía el rugido de los motores, empezaban a desfilar por nuestras mentes los recuerdos de esos bendecidos días de misión. Y en el momento del despegue nuestros corazones latían ya con añoranzas de las manifestaciones de fe presenciadas en ese país tan sufrido y al mismo tiempo tan lleno de vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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