Hoy contemplaremos los nuevos misterios de la luz. Cada uno de estos misterios revela el Reino ya presente en la persona misma del Señor Jesús. Si bien todo el misterio de Cristo es Luz, ya que Él es la Luz del mundo, esta dimensión se manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando el Señor anuncia el Evangelio del Reino.
>> Oraciones iniciales y Credo
Ofrecimiento del Rosario:
Me uno a todos los santos que están el cielo, a todos los justos que están en la tierra, a todas las almas fieles que están en este lugar.
Me uno a Vos oh Jesús, para alabar dignamente a vuestra Santa Madre y alabaros a Vos en Ella y por Ella.
Renuncio a todas las distracciones que me vinieren durante este rosario, que quiero recitar con modestia, atención y devoción como si fuera el ultimo de mi vida. Amén.
Señal de la Cruz:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el Primer Misterio Luminoso contemplamos el Bautismo de Jesús en el río Jordán (2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.)
Antes de iniciar su vida pública, Jesús, la Inocencia Encarnada, se hizo bautizar asumiendo sobre sí nuestras debilidades, maldades y miserias. De esta forma deben comenzar todas las obras de santidad: por una purificación. Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de que por el Bautismo de su Divino Hijo, nos obtenga un corazón limpio y un espíritu nuevo, para realizar con perfección nuestro apostolado junto al prójimo.
- (Pausa para meditación)
- Padre Nuestro,
- 10 Ave Marías,
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
- Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
En el Segundo Misterio Luminoso contemplamos la realización del primer milagro de Jesús, transformando el agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2, 1-12. )
En realidad, la hora no había llegado aún. Sin embargo, una simple insinuación de la Madre, lleva a Jesús a anticipar sus portentosos milagros. Permitió la Providencia que sucediese de esa forma, para enseñarnos el maravilloso poder de intercesión de María Santísima junto a su Divino Hijo. Por este misterio y la intercesión de la Santísima Virgen, pidamos la gracia de tener una confianza inquebrantable, pura y creciente en la omnipotencia de su súplica.
- (Pausa para meditación)
- Padre Nuestro,
- 10 Ave Marías,
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
- Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
En el Tercer Misterio Luminoso contemplamos la predicación de Jesús, anunciando el Reino de Dios e invitando a la conversión (Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48. )
Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca. Arrepentíos y creed en el evangelio”.
- (Pausa para meditación)
- Padre Nuestro,
- 10 Ave Marías,
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
- Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
En el Cuarto Misterio Luminoso contemplamos la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor (Lc 9, 35.)
Al transfigurarse delante de los tres Apóstoles, Jesús fortaleció nuestra esperanza sobre la vida eterna, animándonos asoportar bien los sufrimientos y pruebas de esta vida. Cuando nosotros sabemos la gloria que nos aguarda, tenemos más paciencia en medio de las tribulaciones. ¡Con este fulgor será nuestra resurrección en el día del juicio! Por este misterio, pidamos la intercesión de la Santísima Virgen para obtener la gracia de nunca perder la convicción de la gloria que está reservada a los que perseveren, a fin de que jamás nos desanimemos a lo largo de nuestra existencia.
- (Pausa para meditación)
- Padre Nuestro,
- 10 Ave Marías,
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
- Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
En el Quinto Misterio Luminoso contemplamos la Institución de la Eucaristía en la Última Cena (Jn13, 1. )
¿Qué más podría habernos dado Jesús? Se hizo comida y bebida para que eternamente podamos participar de su propia vida. Descendió desde lo más alto de los cielos, asumiendo la sustancia del pan y del vino para elevarnos al convivio de Dios. Al comulgar, nosotros nos asemejamos a María por algunos momentos, poseyendo el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús en nuestras entrañas.
- (Pausa para meditación)
- Padre Nuestro,
- 10 Ave Marías,
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
- Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
Oraciones Finales
-
Rezar la Salve.
-
Se puede rezar las Letanías Lauretanas al final de todo el Rosario.