Padre nuestro que estás en el cielo, sol que ilumina la tierra y le da calor
y vida, recuérdanos tu amor, pues es en Tí que vivimos, nos movemos y
existimos.
Del mismo modo que en el pasado estuviste muchas veces con
nosotros en la hora de las dificultades, continúa ahora bendiciéndonos con tu
ayuda.
Mira Señor con bondad lo que está aconteciendo para provecho mío. Guía
con sabiduría al médico, y a todos los que cuidan de mí. Dales tu fuerza
curativa para que me sea devuelta la salud y la fortaleza, si es de tu agrado y
para tu mayor gloria. Desde ya te doy gracias por tu generoso y solícito
cuidado. Así sea.