Señor Jesucristo, Tú quisiste edificar tu Iglesia sobre la Roca de Pedro y los
Papas que lo han sucedido a través de los siglos.
Derrama tu gracia sobre
nuestro Santo Padre, que él pueda ser una señal viva y un promotor infatigable
de la unidad de la Iglesia.
Ayúdalo a proclamar tu mensaje a todos los
pueblos y a escuchar el mensaje que le llega a él del consentimiento de todos
sus miembros del mundo que Tú has hecho.
Haz que él sirva a los demás
siguiendo tu ejemplo y según su título tradicional de “Siervo de los siervos de
Dios”.
Unenos cerca de él y haznos dóciles a sus enseñanzas. Amén.