Santa Cruz

Publicado el 05/03/2013

 


 

Breve historia

 

Santa Helena (247-327), madre del emperador Constantino que oficializo el catolicismo en Roma, a la edad de 80 años, emprendió en Jerusalén las excavaciones que dieron por resultado el hallazgo de la principal reliquia de la Pasión, la verdadera cruz de nuestro Señor Jesucristo. Inicialmente se encontraron tres cruces. Como no se sabía cuál era la verdadera, en que nos redimió Jesús, entonces, en esta incertidumbre, el patriarca de Jerusalén, san Macario, mandó hacer oración y pedir iluminación al Espíritu Santo y luego hizo traer a una mujer enferma y desahuciada por los médicos. A ésta le mando aplicar la primera cruz y la segunda sin ver fruto alguno. Y al aplicar la tercera repentinamente la mujer quedó del todo sana y recuperó su perfecta salud. Con este milagro se acabó la duda y se entendió que aquella era la verdadera cruz en la que había sido crucificado nuestro Divino Salvador.

 

Cómo se rezan los mil Jesús

 

Esta devoción consiste en invocar el nombre de Jesús mil veces para derrotar de las casas a las huestes del mal. Como testimonio del triunfo del bien sobre el mal se hace una cruz de madera o de ramos de olivo y se conserva todo el año en la casa. El nombre de Jesús significa Salvador. Éste viene del cielo. A san José se lo manifestó un ángel en sueños (cfr. Mateo 1, 21) y a la Santísima Virgen, el arcángel Gabriel en el momento de
la Anunciación (cfr. Lucas 1, 31-33).

 

El poder de intervención y la majestad temible de este nombre es milagroso, porque está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser, en los cielos, en la tierra y en los infiernos. Para venerar este nombre sagrado, se hace un altar pequeño, con una cruz en el medio, dos veladoras, flores y un poco de agua bendita. Se escribe una carta pidiéndole al señor por los méritos de su Pasión, para que no falte nada de lo necesario en los hogares y se pide un favor especial. Al final del rezo se quema. En una vasija se ponen 20 granos de maíz o fríjol o piedras para contar el número de Jesús rezados.

 

Podemos rezar los mil Jesús con la camándula, de la siguiente manera:

 

Nos persignamos. Por la señal de la santa cruz…

En silencio pedimos la gracia que se quiere.

Rezamos el Acto de Contrición y el Padrenuestro.

 

Al empezar la decena de la camándula se dice: “Santísima cruz de mayo, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque el Día de la Santa Cruz dije mil veces Jesús”.

 

Se pasan todas las cuentas del rosario diciendo Jesús, Jesús, Jesús… (50 veces) y cuando haya terminado de contar un rosario completo con un granito se va sumando y se dice un Gloria, un Padrenuestro y la oración inicial. Y se vuelve a repetir hasta que se acaben los granitos.

 

Cuando se hayan contado los 20 rosarios, se terminan los mil Jesús.

 

Oración final:

 

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, que, por tu Santa Cruz, redimiste al mundo.

Jesús, Jesús, Jesucristo.

Jesús, mi Jesús por siempre.

Jesús, Jesús en mi vida, Jesús, Jesús en mi muerte.

Dulce Jesús, sé mi Jesús y sálvanos.

 

Oremos

 

Oh, Dios, que, al recordar hoy el descubrimiento de la verdadera cruz, renovaste los milagros de tu pasión, concédenos que por el valor de aquel sagrado leño de vida alcancemos eficaz socorro y ayuda del cielo para la vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amen.

 

Bendición final con agua bendita: El Señor esté con vosotros.

Respuesta: Y con tu Espíritu.

La bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Se puede terminar con un canto.

 

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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