Un libro profético

Publicado el 04/24/2017

El creciente interés por la consagración a Jesucristo por manos de María propuesta por San Luis María Grignion de Montfort, ¿no será una señal de que el Reino de María está por llegar?

 


 

Descubierto a mediados del siglo XIX tras haber pasado más de cien años escondido, el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen tuvo desde entonces una amplia difusión a nivel mundial. Piedra angular de la espiritualidad de muchos santos modernos, motivo de elogio de los Papas del siglo pasado, se ha convertido en el “libro de cabecera” de numerosos devotos de la Virgen Madre.

 

¿Qué nos enseña esta obra? Nos invita a consagrarnos a María como esclavos de amor, para que de este modo pertenezcamos más perfectamente a Jesucristo. Y lo hace armonizando un lenguaje cálido y sin pretensiones con el más profundo de los argumentos teológicos.

 

Pero el Tratado es también, y tal vez principalmente, una obra profética. Predice el glorioso triunfo de la Virgen Madre y la fundación de una era histórica que podríamos llamar Reino de María, y prevé el surgimiento de almas llenas del espíritu de María Santísima, de las que Ella se servirá para restaurar la fe, la caridad y el verdadero amor a la Santa Iglesia.

 

¿Qué dijeron los Papas?

 

La eficacia salvífica de la devoción propuesta por San Luis María Grignion de Montfort fue reconocida, en los albores del siglo XX, por el Papa León XIII, que beatificó a su autor y concedió indulgencia plenaria a todos los que hicieran o renovaran esa consagración a Jesús por María el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, y el 28 de abril, festividad del santo.

 

Asimismo San Pío X tenía en mucha estima al Tratado y en dos ocasiones confesó que se había inspirado en él para escribir la encíclica mariana Ad diem illum.1 El 27 de diciembre de 1908 concedió “muy de corazón y con vivo afecto la bendición apostólica a los que leyeren el Tratado tan admirablemente compuesto por el Beato Montfort”.2

 

En una carta dirigida al superior general de la Compañía de María, con motivo de la muerte de San Luis Grignion, Benedicto XV “alaba especialmente el librito de La verdadera devoción, por su ‘suavísima unción y solidísima doctrina’ ”.3

 

Pío XI, por medio de su secretario de Estado, el cardenal Pacelli (futuro Pío XII), elogió la edición alemana del Tratado de la verdadera devoción y otras obras del santo autor.

 

Al comienzo de su discurso sobre el entonces Beato Montfort, al conceder el decreto para su canonización, Pío XII lo compara con el “gran Padre y Doctor San Bernardo de Claraval”. 4

 

San Juan Pablo II fue más allá: se consagró a la Virgen como esclavo según el método de San Luis Grignion de Montfort. En varias ocasiones elogió el Tratado e hizo especial mención a su autor, al tratar la auténtica espiritualidad mariana, en la encíclica Redemptoris Mater: “A este propósito, me es grato recordar, entre tantos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”.5

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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