AGUA, ESA “PALABRA” DE DIOS

Publicado el 11/28/2019

Por ser quizá el elemento más corriente —y a la vez el más valioso—, de nuestro entorno, el agua es la condición para cualquier forma de vida. Y, en su infinita sabiduría, Dios ha dispuesto que cubriera más del setenta por ciento de la superficie de nuestro hermoso planeta, además de que constituye la mayor parte de la composición de cualquier ser vivo.

 

Instrumento en la mano del Todopoderoso —vivifica por la lluvia o castiga por las inundaciones—, ha servido en numerosas ocasiones a lo largo de la Historia para dar lecciones a los hombres: salvó al pueblo judío en el mar Rojo, mientras azotaba a los egipcios, y hasta hoy cura en Lourdes… Pero sobre todo el agua fue creada por Dios para hablarnos de realidades sobrenaturales, porque toda criatura es, “por lo más profundo de su ser, una ‘palabra’ que Dios pronuncia sobre sí mismo”.1

 

Así, en el Bautismo, el agua que lava el cuerpo significa y realiza la purificación del alma, e introduce una nueva vida, que nos había sido destinada desde el principio, pero cuya continuidad fue cortada por el pecado original. Nuestra participación en la vida divina por la gracia establece una relación altísima con Dios, y nos da la posibilidad de actuar como Él, con la finalidad de unirnos a Él por la inteligencia y por la voluntad, a la búsqueda de perfeccionar en nosotros la imagen del Creador.

 

* * *

 

Para alcanzar esa bellísima meta Él nos ha dado, como guía perfecto, el Decálogo. Pero parece que hoy en día está de moda cuestionar la actualidad de los Diez Mandamientos, dictados hace tantos milenios: ¿todavía tienen validez en la vida moderna, escenario de circunstancias tan diferentes?

 

Para responder a esa pregunta, es necesario considerar que los preceptos morales le han sido dados al hombre como medio de relacionarse con Dios, y corresponden a exigencias no circunstanciales, sino esenciales, pues son inherentes a la naturaleza humana. También por eso, el Decálogo es atemporal, y de ello Yavé dejó una prueba patente al grabarlo no en un frágil papiro, sino en piedra, signo de perennidad: y el Verbo Encarnado ratificaría todo esto más tarde personalmente (cf. Lc 16, 17; Mt 5, 17). Además, Dios se ocupa de imprimir esa ley en cada alma creada: rebelarse contra ella significa, por lo tanto, aparte de una rebelión contra el Creador, un atentado contra nuestra propia naturaleza.

 

Y en cuanto a adaptar la Ley divina a las costumbres del tiempo, cumple que tengamos cuidado para no merecer la censura que Cristo les hizo a los fariseos: “Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición” (Mc 7, 9). Insistir en reformar el Decálogo basándose en conceptos humanos, mientras se afirma que se “cree en Dios”, es una enfermedad del corazón que puede llevar a la muerte… ¡eterna! Así como la esencia del agua no ha sufrido ninguna alteración a lo largo de tantos milenios, y sigue siendo imagen de la perennidad de las cosas, también el ser humano, en sus características esenciales, permanece el mismo desde el día de su creación hasta hoy. Pero sobre todo Dios no ha cambiado, porque es inmutable y siempre esplendorosamente idéntico a sí mismo.

 

Entonces, ¿por qué habrían de cambiar los Mandamientos?

 

1 BANDERA GONZÁLEZ, OP, Armando. Tratado de los ángeles. Introducción a las cuestiones 50 a 64. In: SANTO TOMÁS DE AQUINO. Suma de Teología. 4.ª ed. Madrid: BAC, 2001, v. I, p. 492.

Deje sus comentarios

Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

version mobile ->