El arte cristiano hace teología, o mejor, se puede hacer teología a partir del arte cristiano. Pues la teología es inseparable de la reflexión sobre la belleza: “el teólogo, al hablar de Dios, habla de la Belleza y, al hablar de todo lo que es bello en este mundo, remite continuamente a Aquel que es la fuente y la meta de toda belleza”. 1
Catedral de Reims – Francia
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El pensamiento católico fortifica la certeza de que la materia creada es una maravillosa obra artística en la cual se entrevén la impronta del Artífice Divino, hizo que el arte tuviese una posición central en la expansión del Cristianismo. “Es necesario ser muy ignorante para negar, apenas desde el punto de vista práctico, el poder del Arte. Él fue el auxiliar más seguro de la mística y de la liturgia, durante la Edad Media; fue el hijo amado de la Iglesia, su interprete, a la cual ella le encargaba explicitar sus pensamientos, exponerlos en los libros, sobre los pórticos de las catedrales, en los retablos, en la arquitectura de los edificios”. 2
Tal como declaró San Juan Pablo II: “Para transmitir el mensaje que Cristo le ha confiado, la Iglesia tiene necesidad del arte”. 3 El Papa Pablo VI acentúa este punto, 4 afirmando que la Iglesia reconoce la necesidad de presentar su mensaje en una hermenéutica cultural a través del talento de los artistas porque, si el mensaje cristiano no es presentado de una forma relevante en términos culturales, se corre el riesgo de perder una gran parte de su fuerza de contagio. Por esto, el arte es una mediación esencial para la difusión del Evangelio.
1 FORTE, Bruno. A porta da beleza: Por uma estética teológica. Aparecida: Idéias & Letras, 2006, p. 12.
2 HUYSMANS, Joris Karl. L’Oblat. 8a ed. Paris: Stock, 1903, p. 349.
3 JUAN PABLO II. Carta a los Artistas, n. 12. 4 abr. 1999.
4 PAOLO VI. Omelia di Su Santità Paolo VI: Messa degli Artisti nella Cappella Sistina,§ 4. 7 maio 1964.