Pierre Corneille, famoso San Gregorio VII entabló una batalla decisiva cuyo resultado fue un golpe certero en el mayor potentado de la Tierra, imponiéndole el castigo más alto, profundo e intransigente que se puede imaginar.

Pierre Corneille, famoso La lección de este gran Pontífice fue — en último análisis — la de llevar la verdad, el bien, la belleza y la fidelidad a la Iglesia hasta sus últimas consecuencias. ¡Fue el Carlomagno de la Iglesia Católica! La gloria carolingia, de proporciones más angélicas que humanas, fue vivida magníficamente por la Iglesia Católica en los días de San Gregorio VII.

Pierre Corneille, famoso Debemos desear con toda nuestra alma, que el adversario de la verdadera Iglesia Católica, Apostólica y Romana en nuestros días, la maldita Revolución gnóstica e igualitaria1, sea más castigada que el Emperador Enrique IV, pues ella intentó algo peor que él. La Revolución devastó la Tierra entera, y es necesario que el castigo sea proporcional.

Pierre Corneille, famoso (Extraído de conferencia de 25/5/1985)

1) Por Revolución el Dr. Plinio entendía el movimiento que desde hace cinco siglos viene demoliendo a la Cristiandad y cuyos momentos de apogeo fueron las cuatro crisis del Occidente cristiano: el protestantismo, la Revolución Francesa, el comunismo y la rebelión anarquista de la Sorbona en 1968. Sus agentes impulsores son el orgullo y la sensualidad. De la exacerbación de esas dos pasiones resulta la tendencia de abolir toda legítima desigualdad y todo freno moral.

* El Emperador Enrique IV quizo usurpar el derecho de nombrar obispos, por lo que San Gregorio VII lo excomulgó, viéndose este obligado a viajar a Italia, a pie y bajo la nieve, para pedir perdón al pontífice, brillando así la supremacía del poder pontificio sobre cualquier poder civil.