Destacando que en el contexto social actual las nuevas generaciones están creciendo influenciadas por el indiferentismo religioso y expuestas a la tentación del permisivismo moral, Su Santidad abordó en dos oportunidades al inicio de este año el importante tema de la educación religiosa en las escuelas:
San Juan Pablo II
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La educación de los más jóvenes no puede prescindir de la enseñanza religiosa
La juventud tiene derecho, desde el inicio de su proceso formativo, a ser educada en la fe. La educación integral de los más jóvenes no puede prescindir también en la escuela, cuando lo pidan los padres, con una valoración académica acorde a su importancia.
(Discurso a un grupo de obispos españoles, 24/1/2005)
El deseo de que la enseñanza religiosa sea reconocida en todas partes
En el contexto de la globalización y del cruce variable de pueblos y culturas, la Iglesia siente la urgencia del mandato de anunciar el Evangelio y quiere vivir lo con renovado impulso misionero. Por tanto, la educación católica se presenta cada vez más como el fruto de una misión que deben “compartir” los sacerdotes, las personas consagradas y los fieles laicos. En este horizonte se sitúa el servicio eclesial que prestan los profesores de religión católica en la escuela. Su enseñan za contribuye al desarrollo integral de los alumnos y al conocimiento del otro, dentro del respeto recíproco. Por tanto, es de desear que en todas partes se reconozca la enseñanza de la religión y desempeñe un papel adecuado en el proyecto educativo de las instituciones escolares.
(Mensaje a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Educación Católica, 1/2/2005)