La relación de Maria con la Santísima Trinidad

Publicado el 04/25/2017

El Padre eterno le comunicó su fecundidad para que pudiera engendrar a su divino Hijo y a todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Por eso mismo María es la Madre de todos los fieles en el orden de la gracia.

 

La cooperación de la Virgen con Dios Hijo se da por el hecho de que Ella formó su santísimo cuerpo, lo alimentó y de Él cuidó durante su infancia. Fue un sagrario vivo en el cual Jesús empezó a glorificar al Padre en esta tierra, desde el primer momento de la unión hipostática.

 

Colaboración con el Espíritu Santo: como María es verdaderamente la Esposa del Espíritu Santo, su participación en este acontecimiento es de una sublimidad y de una intimidad imposibles de imaginarlas. Además, en estas circunstancias, a Ella le corresponde un cometido importantísimo en la santificación y en la perseverancia de cada uno de nosotros.

 

Prosiguiendo su sólida argumentación, Grignion de Montfort demuestra de manera brillante que Jesucristo es el fin último de la devoción a María. Este punto es crucial, porque desmonta los sofismas de todos los que objetan contra la devoción a la Virgen, bajo el falaz pretexto de que es una traba para la devoción a nuestro divino Redentor.

 

Esclavitud a María y sus consecuencias

 

El punto esencial de la “verdadera devoción” predicada por San Luis Grignion es la consagración como esclavo de amor a la Santísima Virgen. Una consagración que —lo deja bien claro en su Tratado— es en realidad una consagración a Jesucristo “por manos de María”, expresión que repite numerosas veces en su portentosa obra.

 

Quizá a algunos lectores les parezca extraño la palabra esclavo usada por San Luis, adaptándola de San Pablo (cf. Flp 2, 7), para designar la entrega total a Cristo por medio de su Madre Santísima. Pero como él dice, es una perfecta renovación de las promesas del Bautismo, que todo católico hace varias veces a lo largo de su vida.

 

Antes del Bautismo, explica nuestro santo, todo ser humano es esclavo del demonio, porque le pertenece. No obstante, en su Bautismo, renuncia solemnemente a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y toma a Jesucristo por su Maestro y soberano Señor, para depender de Él en calidad de esclavo de amor. Y concluye: “Esto es lo que se hace en la presente devoción: se renuncia (como aparece en la fórmula de la consagración) al demonio, al mundo, al pecado y a sí mismo, y uno se entrega completamente a Jesucristo por manos de María”.14 Pero con una importante diferencia: en el Bautismo, los niños se manifiestan por la boca de sus padrinos; en esta devoción, la persona habla por sí misma, con pleno conocimiento de causa.

 

Ella nunca se deja superar en amor

 

Continuando, Grignion de Montfort nos presenta varios motivos que nos recomiendan el ejercicio de “la verdadera devoción”. Por medio de ésta uno se consagra enteramente al servicio de Dios, sin perjuicio de sus deberes de estado; nos lleva a imitar el ejemplo de Jesucristo y a practicar la virtud de la humildad.

 

En el tercer motivo el autor subraya los beneficios de esta devoción. Explica que la Santísima Virgen nunca se deja superar en amor y liberalidad. Al ver que alguien se consagra totalmente para honrarla y servirla, “Ella también se da por entero y de una manera inefable a aquel que le ha dado todo. Lo sumerge en el abismo de sus gracias, lo adorna con sus méritos, lo apoya con su poder, lo ilumina con su luz, lo abrasa con su amor, le comunica sus virtudes: su humildad, su fe, su pureza, etc. Se vuelve su fiadora, su complemento y su todo para con Jesús”.15

 

Ya sólo esto es suficiente para mostrar cómo son insondables las gracias y ventajas que nos vienen de la práctica de esta devoción. Pero hay mucho más.

 

Puesto que la Virgen de las vírgenes tiene especialísimas relaciones con la Santísima Trinidad, quien a Ella se entrega por entero como esclavo de amor pasa a tener con la mismísima Trinidad una relación mucho más rica, intensa e íntima; cambian también sus relaciones con la Sagrada Eucaristía, pues pasa a comulgar con María, en María, por María y para María. Se puede decir que entra en una nueva economía de la gracia quien se consagra de este modo a Ella.

 

En resumen, es del todo inefable el comportamiento de esta Virgen fiel con sus hijos y esclavos. “Los ama porque es su verdadera Madre, y una madre siempre ama a sus hijos, fruto de sus entrañas; los ama por reconocimiento, porque efectivamente la aman como su buena Madre; los ama porque, siendo predestinados, Dios los ama […]; los ama porque se consagraron por entero a Ella y son su poción y su heredad”.16 Más aún: siempre que sean fieles en la práctica de esta devoción, el alma de la Santísima Virgen estará en ellos para glorificar al Señor; cada cual tendrá el espíritu de María para regocijarse en Dios, nuestro Salvador.17

Deje sus comentarios

Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

version mobile ->