En 1973, en São Paulo -Brasil- , terminada la Misa, en la Catedral Metropolitana, los participantes fueron en cortejo hasta el Patio del Colegio (Lugar de la fundación de la Ciudad de São Paulo por San José de Anchieta S. J. ).
Ahí el doctor Plinio, dirgió la siguiente oración a la Virgen de Fátima:
¡Señora! ¡Tantos y tan generosos aplausos! Pero cómo serían vacías estas palabras, si no se volviesen finalmente hacia Vos, que sois el centro de esta manifestación, Señora gloriosa de Fátima, que anunciasteis en 1917, al mundo entero, los dramas y castigos que ensangrentarían al mundo si las almas no se volviesen hacia Vos en un movimiento sincero de regeneración. Señora de Fátima, que, sin embargo, anunciasteis también que, ¡por fin, vuestro Inmaculado Corazón triunfaría!
Vuestros ojos contemplaron, desde lo alto del asiento celestial, donde vuestras virtudes excelsas os granjearon el más alto de los tronos por debajo del trono del propio Dios, vuestros ojos maternales presenciaron, en la Catedral Metropolitana, esta cantidad enorme de jóvenes que comparecían, de personas de todas las edades que comparecían para recibir el Cuerpo y Sangre infinitamente preciosos de Nuestro Señor Jesucristo, vuestro Divino Hijo. Vos sois el canal por donde vino a todos la gracia de esa actitud de alma. Vos sois Aquella cuya promesa nos alienta en esta lucha por la certeza de la victoria. Vos dijisteis que, por fin, vuestro Corazón Inmaculado triunfaría.
Sí, Madre mía, vuestro Reino triunfará.
(Revista Dr. Plinio, No. 152, noviembre de 2010, p. 5, Editora Retornarei Ltda., São Paulo – Extraído de un discurso proferido por el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira en el Patio del Colegio, São Paulo, el 11.11.1973.).