La labor social de la Iglesia Católica en Uruguay ahorra al Estado, sólo en materia educativa, cerca de 60 millones de dólares al año, considerando únicamente la educación formal o reglada, es decir, excluyendo universidades y educación no formal. Tampoco se tuvieron en cuenta los cursos técnicos post educación media. Los datos fueron facilitados por el Anuario Estadístico del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, presentados recientemente al público, correspondientes al 2015, último año disponible.
De los 653 403 alumnos que pertenecen al sistema educativo público, 53 869, casi el 10%, frecuentan centros de enseñanza vinculados a la Iglesia Católica. El cálculo se basa en los salarios de los 2155 docentes que el Gobierno debía sustentar si no fueran asumidos por la Iglesia, y no incluye el presupuesto destinado al funcionamiento de los locales de enseñanza e inversiones. Además son contemplados valores mínimos seguros, como un promedio de 25 alumnos por profesor y el sueldo medio de cada docente. Si se efectuara un cálculo más complejo y abarcador, basándose en el costo por alumno fijado por otro organismo gubernamental, la Rendición de Cuentas, el resultado sería mucho mayor: 168 millones de dólares.