Fue precisamente la aversión a Dios y a la fe cristiana lo que determinó su martirio. […] Sus verdugos eran milicianos que, guiados por el odio contra la Iglesia católica, fueron los protagonistas de una persecución religiosa general y sistemática contra las personas más representativas de la comunidad católica. […] Estas monjas concepcionistas murieron porque eran discípulas de Cristo”.
Con estas palabras el cardenal Ángelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, exhortaba a los fieles reunidos en la catedral madrileña de la Almudena para la ceremonia de beatificación de las mártires María del Carmen Lacaba Andía y 13 compañeras, realizada el 22 de junio. Las religiosas, de la Orden Franciscana de la Inmaculada Concepción, fueron expulsadas de sus conventos y ejecutas durante la guerra civil española. En el asalto al monasterio de San José, de Madrid, los criminales gritaban: “¡Mueran las monjas!”.
Por otra parte, unas semanas antes a esta ceremonia fueron entregados en el Vaticano los documentos recogidos durante el proceso diocesano para la beatificación de otros 130 mártires asesinados entre los años 1936 y 1939 en la provincia de Jaén. Entre ellos había 17 seglares de Acción Católica o de la Adoración Nocturna, además de 109 sacerdotes. El proceso consta de más de 20 000 páginas.