El 28 de junio se iniciaba en Trindade, municipio del estado brasileño de Goiás, la romería en honor del Padre eterno, cuya fiesta se celebra el primer domingo de julio en la arquidiócesis de Goiânia. Según los cálculos de las autoridades, más de 3,2 millones de peregrinos procedentes de todo Brasil y del extranjero visitaron en ese período el santuario basílica del Divino Padre Eterno, donde transcurrió la mayor parte de las conmemoraciones.
Una de las Misas en el santuario basílica y la quema de fuegos artificiales tras la procesión de antorchas
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Hasta el viernes, día 5, el programa empezaba a las cinco de la mañana con una Alborada festiva, seguida de la Procesión de la penitencia, que salía de la iglesia matriz en dirección al santuario. En éste se celebraban seis Eucaristías en diversos horarios, se rezaba el Santo Rosario a las 14 h y había dos novenas, una matutina y otra vespertina. Un programa similar se desarrollaba en la matriz. En ambos templos había confesores a disposición de los penitentes, de las 18 h a las 21 h. Todos los días hubo bautizos en la iglesia del Santísimo Redentor.
El viernes se realizó la 13.ª Romería de los Militares, cuyo punto auge fue una Misa en la basílica. El domingo, 7 de julio, la Alborada festiva comenzó a las cuatro de la madrugada con la quema de fuegos artificiales y la jornada concluyó con una procesión de antorchas.
Una de las Misas en el santuario basílica y la quema de fuegos artificiales tras la procesión de antorchas
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La devoción al Padre eterno en la ciudad de Trindade tuvo su origen a mediados del s. XIX, cuando un matrimonio de labradores encontró un medallón de barro, de 8 cm de alto, que representaba a la Santísima Trinidad coronando a la Virgen María. Se lo llevaron a su casa y adquirieron la costumbre de rezar el Rosario ante él acompañados de familiares y amigos. La noticia se difundió y fue repercutiendo cada vez más a causa de los muchos milagros ocurridos, hasta que la devoción alcanzó el porte actual.