…que el autor de la teoría del “Big Bang” era un sacerdote católico?
A principios de la Primera Guerra Mundial un joven belga especialmente dotado para las ciencias interrumpió sus estudios en la Universidad de Lovaina para alistarse en el ejército de su país. Su nombre era Georges Lemaître. Fue condecorado con la Croix de Guerre, sin embargo, no quiso seguir la carrera de las armas; abrazó el estado clerical y también retomó sus estudios> de matemáticas y física.
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Algunos años después de haber sido ordenado sacerdote, en 1923, el P. Lemaître daba a conocer su teoría del origen del universo. Basándose en ecuaciones de Albert Einstein, había llegado a la conclusión de que el universo nació de la expansión ordenadísima de un átomo primigenio. Esta tesis fue corroborada por el astrónomo estadounidense Edwin Hubble, a partir de observaciones realizadas con el> telescopio del Observatorio de Monte Wilson.
Los cálculos de ambos científicos despertaron controversia, porque echaban por tierra la teoría del universo estático, hasta entonces predominante. La hipótesis de un universo en expansión hacía forzosamente referencia a la idea de un inicio y un Iniciador. En este contexto, durante un programa de radio de la BBC, el científico británico Fred Hoyle apodó irónicamente a la teoría de Lemaître de Big Bang —gran explosión—, dando así origen al nombre> con el cual la conocemos.
El P. Georges Lemaître ocupó diferentes cargos en la> Academia Pontificia de las Ciencias y fue asesor personal de Pío XII. Destacó igualmente por mantener su firme> postura de científico cristiano. Falleció en Lovaina el> 20 de junio de 1966.
…de dónde proviene la palabra “bachiller”?
En la Antigüedad el ganador de una competición deportiva recibía una corona de laurel —laurus nobilis—, planta que por su continuo verdor era asimilada a la gloria que no se marchita. Posteriormente se convirtió en el premio de los generales victoriosos. A la gloria militar se asoció la intelectual, de manera que los ganadores de concursos de poesía también recibían la ansiada corona vegetal como signo de victoria. De ahí la expresión> poeta laureado.
Con la caída del Imperio Romano, las ramas del laurel perdieron su carácter de premio militar, pero su significado se conservó en el campo académico. La universidad, institución de origen eclesiástica, la adoptó para el que se graduaba, quien recibía la corona con las hojas de laurel —laurus— y sus bayas —baccae—, pasando a ser denominado baccalaureatus —“laureado con bayas”—, en español> bachiller, el estudiante, bachillerato, los estudios.
Esa corona de ramas nuevas aún con sus frutos representaba la gloria de haber completado un primer grado de formación que lo hacía apto para estudios superiores. El profesor que la imponía, no obstante, llevaba una corona de laurel sin bayas, símbolo de la gloria escolástica> ya desarrollada — laureatus.
La distinción entre bachiller, maestro (licenciado) y> doctor se encuentra en la bula