Oración al Divino Espíritu Santo
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Herid, oh Divino Espíritu Santo, con la flecha de vuestro amor en lo más profundo de mi ser; inflamad, penetrando como las llamas de la salvación, lo íntimo de mi corazón entorpecido; e iluminándome con el fuego del santo fervor, apacentad las profundidades de mi alma y de mi cuerpo. Dadme de beber del torrente de vuestro amor, para que ya nunca me sea agradable ninguna de las dulzuras envenenadas de las cosas mundanas. Juzgadme, Señor, y separad mi causa de la gente no santa; enseñadme a hacer vuestra voluntad, porque Vos sois mi Dios. Creo pues que, en cualquier lugar donde habitáis, preparáis un lugar también para el Padre y para el Hijo. Feliz aquél que merece hospedaros, porque Vos, el Padre y el Hijo en él hacéis su morada. Venid pronto, venid, benignísimo consolador del alma afligida, Vos que protegéis en las ocasiones favorables, que ayudáis en la tribulación. Venid, oh Vos que nos purificáis de nuestros crímenes, que curáis nuestras llagas; venid, doctor de los humildes, destructor de los
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