Anunciación – Basílica de San Pedro, Vaticano
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Oh Corazón Sapiencial e Inmaculado de María, que simbolizáis la mentalidad sagrada, la voluntad santísima, la perfectísima disciplina de la Madre de Dios, nosotros os pedimos: abríos hacia nosotros.
¡Considerad nuestras mentes infiltradas por las máximas revolucionarias! ¡Tened en vista nuestras voluntades debilitadas por toda especie de malos hábitos y presiones provenientes del ímpetu de la Revolución1! ¡Mirad nuestra sensibilidad trabajada por los más nocivos fermentos del mundo satánico que la Revolución viene desenvolviendo, y tened compasión de nosotros! Os pedimos que sustituyáis nuestras mentalidades revolucionarias, de manera que nuestros principios reflejen, con fidelidad perfecta, la doctrina y el espíritu de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana. ¡Cambiad nuestra voluntad corrompida, sustituyéndola por la vuestra sin mancha, sin indecisión, sin concesiones! ¡Sustituid nuestra sensibilidad por la vuestra, ordenada, equilibrada, purísima, obediente en todo a vuestra voluntad e inteligencia!
Vos sois, Corazón Inmaculado, el Sagrario del Espíritu Santo. ¡Habitad en mi corazón para que vuestro Divino Esposo habite en mí y yo sea un templo de Él!
¡Dadme, así, oh Corazón Sapiencial e Inmaculado de María, el Grand Retour2 tan deseado y hacedme un perfecto discípulo vuestro! Amén.
(Compuesta probablemente en la década de 1980)
1)) Empleamos la palabra REVOLUCIÓN en el sentido que le da el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en su libro “Revolución y Contra-Revolución”. Movimiento anti-cristiano desde el siglo XIV hasta nuestros días.
2) En francés, Gran Regreso, es decir una gracia tan alta que restaure en el alma la inocencia y más.