Beato Marianito. |
"Seguidor fiel de Jesucristo, en el ejercicio abnegado del ministerio sacerdotal, fue el padre Mariano de Jesús Euse Hoyos, colombiano, que hoy sube a la gloria de los altares. Desde su íntima experiencia de encuentro con el Señor, el padre Marianito, como es conocido familiarmente en su patria, se comprometió incansablemente en la evangelización de niños y adultos, especialmente de los campesinos. No ahorró sacrificios ni penalidades, entregándose durante casi cincuenta años en una modesta parroquia de Angostura, en Antioquia, a la gloria de Dios y al bien de las almas que le fueron encomendadas", fueron las palabras que pronunció el beato Juan Pablo II hace 14 años (9 de abril de 2000) en la homilía de la ceremonia de beatificación de cinco Siervos de Dios, entre ellos el Padre Marianito.
En aquella ocasión, el próximo nuevo santo de la Iglesia, también destacó el testimonio de caridad, solidaridad y servicio del beato colombiano: "Que su luminoso testimonio de caridad, comprensión, servicio, solidaridad y perdón sean de ejemplo en Colombia y también una valiosa ayuda para seguir trabajando por la paz y la reconciliación total en ese amado país".
"Si el 9 de abril de hace cincuenta y dos años marcó el inicio de violencias y conflictos, que por desgracia duran aún, que este día del año del gran jubileo señale el comienzo de una etapa en la que todos los colombianos construyan juntos la nueva Colombia, fundamentada en la paz, la justicia social, el respeto de todos los derechos humanos y el amor fraterno entre los hijos de una misma patria", continuó el Papa Polaco al recordar los hechos de violencia ocurridos en Bogotá el 9 de abril de 1948, que marcaron la historia del país suramericano.
¿Quién fue el Padre Marianito?
El Beato Mariano de Jesús Euse Hoyos nació en Yarumal, Colombia, el 14 de octubre de 1845. Fue el mayor de siete hermanos y creció al interior de una familia con profundas raíces cristianas, tanto así que fue bautizado al día siguiente de su nacimiento y confirmado a sus dos años.
Iglesia Nuestra Señora del Carmen, Angostura.
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Sus padres, Pedro Euse y Rosalía de Hoyos, fueron los encargados de educarlo ante la desconfianza que tenían de la escuela pública que por entonces se comportaba de manera hostil con la Iglesia.
Siendo muy joven, con tan solo 16 años, manifestó su deseo de ser sacerdote. Ante lo cual sus padres confiaron su formación al tío Fermín Hoyos, por entonces párroco de Girardota, a quien acompañó luego en su labor pastoral en San Pedro, donde su tío fue párroco y posteriormente vicario.
Fue en 1869, a sus 24 años, cuando ingresa al Seminario de Medellín, por entonces recién inaugurado, donde se preparó con ahínco para su futuro ministerio sacerdotal. Mariano de Jesús recibió su ordenación sacerdotal el 14 de julio de 1872. Su primer encargo como pastor de almas ocurrió en San Pedro junto a su tío el Padre Fermín, pero muy pronto -tras la muerte del tío- es trasladado a Yarumal y luego a Angostura, donde fue vicario cooperador hasta 1878.
Restos mortales del Beato Marianito / Foto: Ricardo Vásquez.
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Tras un corto paso por Sabanalarga, donde fue párroco, regresa a Angostura donde permanece como párroco hasta su muerte, ocurrida el 13 de julio de 1926. Fue en esta población colombiana donde el Padre Marianito ganó fama de santidad. En sus manos estuvo la culminación de los trabajos del templo parroquial, que inició el párroco anterior y no pudo culminar por falta de fondos y las amenazas de la guerra civil en la región. Construyó, además, el campanario, las ermitas de la Virgen del Carmen y de San Francisco, además del cementerio.
Pero más que las obras materiales, sus obras espirituales y de caridad fueron el sello personal del beato. Se preocupó bastante por los pobres a quienes llamaba "los nobles de Cristo", así como por los campesinos, recordando que él fue uno hasta sus 16 años, cuando dejó su tierra natal para emprender el camino sacerdotal. Visitaba con frecuencia a los ancianos y enfermos, y se preocupaba por los niños y jóvenes guiándolos en los caminos de las buenas costumbres; e incentivó las prácticas religiosas, como la asistencia a la Misa en domingo, el rezo del Santo Rosario en familia y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, tan arraigada en Colombia.
Su causa de beatificación fue introducida el 10 de octubre de 1980, siendo proclamadas sus virtudes heroicas el 3 de mayo de 1981 y, otorgándole el título de venerable el 3 de marzo de 1990. Tras la aprobación de un milagro por su mediación, 26 de marzo de 1990, es aprobaba su beatificación por el Papa Juan Pablo II el 29 de junio de 1999. Los restos mortales del Beato Marianito permanecen en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen en Angostura, hoy santuario del sacerdote.
Medalla conmemorativa de la Beatificación.
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Sus milagros
Como si fueran tomados de leyendas, así son conocidos sus múltiples milagros, los cuales aún son narrados en su santuario en Angostura. Entre ellos, se dice que el Padre Marianito, para que un pecador se convirtiera, hizo reverdecer un tronco seco. Hecho que quedó inmortalizado en la medalla conmemorativa de la beatificación.
Otro de sus milagros, aún muy comentados por los habitantes de Angostura, fue la lesión que no sufrió una niña tras una caída. De acuerdo con las narraciones, un día el Padre Marianito, quien se encontraba por empezar unos bautismos, vio que a una cuadra de distancia y de un alto balcón se caía una pequeña niña de tres años llamada Gabriela Trujillo Cárdenas. El Beato bendijo desde lejos a la niña, y ésta cayó sin sufrir lesión alguna.
Otros milagros, como la curación de una sorda de nacimiento, la eliminación de un quiste, la reconciliación de un matrimonio, entre otros realizados en vida son atribuidos al Padre Marianito.
Con información de Santuariomarianito.org y vatican.va.
Gaudium Press / Sonia Trujillo