San Bernardo – Catedral de Colonia, Alemania
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San Bernardo es uno de los soles de la Iglesia Católica y de la devoción mariana. Es el Doctor Mellifluus —Doctor Melifluo — que como ningún otro elogió la bondad y la misericordia de Nuestra Señora. Él es por excelencia el hombre de la penitencia y de la mortificación, como también de la polémica con los adversarios de la Iglesia de su tiempo.
Este santo Abad de Claraval era, al mismo tiempo, un hombre dulcísimo y una antorcha ardiente. Ningún otro sabía hablar de la Santísima Virgen con tanta unción como él. Por otro lado, era un tremendo polemista que alcanzó triunfos extraordinarios.
Cierta vez, estando en Alemania, San Bernardo entró en una ciudad donde se encontraba también el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el más alto dignatario civil de la Cristiandad. La fama de santidad del Abad cisterciense era tal que todo el pueblo fue corriendo a su encuentro. Y San Bernardo hubiera sido aplastado por la multitud si el propio Emperador no lo hubiera tomado en brazos y montado sobre sus hombros. ¡De esta manera, fue un santo que se presentó a la veneración pública montado sobre un emperador! Gloria extraordinaria para una época que poseía, mucho más que otras, el sentido del valor simbólico de estas cosas.
(Extraído de conferencia de 17/4/1971)