San Clemente María Hofbauer
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San Clemente era un sacerdote y un apóstol según el corazón de Dios. Ejercía el oficio sacerdotal con santo entusiasmo y escrupulosa exactitud y en esa esfera de predicador y director es donde demostró ser, ante lo evidente, el verdadero apóstol de Viena. El modo original con que procedía en el ejercicio de ese cargo, lo hizo popular en la gran capital y rompió con todo el pedantismo introducido por el josefismo en Austria.
En aquel tiempo, desde José II, ya no se oía ningún sermón genuinamente católico en Viena, porque ya casi no se hablaba de las verdades de la fe, sino exclusivamente de elegantes y agradables temas como: cristianismo, filantropía, etc. Es muy significativa la observación que hace un discípulo de nuestro santo de que la predicación sobre la Iglesia Católica era cosa tan rara que los jóvenes se alegraban cuando el orador pronunciaba la palabra “Santa Iglesia Católica”.
La ciudad de Viena, con el palacio de Schönbrunn en primer plano
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Las predicaciones de San Clemente produjeron el efecto de las bombas. Eucaristía, culto a la Virgen y a los santos, confesión, indulgencias, Purgatorio, Infierno, demonio, eran temas prohibidos por el josefismo, pero verdades que San Clemente exponía desde el púlpito con la mayor claridad y firmeza. San Clemente resucitó en Viena la predicación católica; su expresión física contrastaba inmensamente con la postura elegante y vanidosa de los predicadores de moda; era un predicador popular en el verdadero sentido de la palabra.
Extraído de Chagas Azeredo, CSsR, Óscar.
“São Clemente María Hofbauer”.
Aparecida do Norte (Brasil):
Livraria Nossa Senhora Aparecida, 1928.