“Mira, estoy de pie a la puerta y llamo…”

Publicado el 04/17/2018

Visitando 30 hogares durante un mes, el oratorio del Inmaculado Corazón de María, difundido por los Heraldos del Evangelio, deja un rastro de luz y bendición en todas las familias que abren sus puertas a la Madre de Dios.

 


 

Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20). Bien podemos aplicar estas palabras del Apocalipsis a la gracia divina, que siempre está llamando a la puerta de nuestra alma, convidándonos a participar en el banquete sobrenatural.

 

¿Y quién iba a ser mejor anfitriona de ese festín que aquella que es la Medianera de todas las gracias, que intercede por nosotros, nos guía y conduce nuestros pasos en este valle de lágrimas, rumbo a la convivencia eterna con su Hijo, en el Cielo?

 

Es lo que Ella viene haciendo con las familias que la reciben en sus casas, por medio del oratorio del Inmaculado Corazón de María, que peregrina por los hogares ayudando, consolando y enderezando la vida de los que abren sus puertas al banquete de la oración junto a la Madre de Dios, dejando tras de sí un rastro de luz, de bendición y de paz.1

 

María Santísima, que nunca se deja ganar en generosidad, no sólo corresponde al acto de piedad y apostolado de la familia coordinadora con gracias insignes, premiando a quien da con liberalidad, sino que también beneficia a todos los que se ponen bajo su protección maternal. Así lo constatan los testimonios que reproducimos a continuación, procedentes de varios países, algunos tan distantes como Congo, Canadá o Polonia.

 

Una gracia muy especial recibida en Varsovia

 

De Varsovia nos llega el relato de María Stachurska, coordinadora desde 2009 de uno de los grupos de oratorios en la capital de Polonia. “Somos una comunidad un poco particular”, explica ella. “En primer lugar, porque formamos parte de dos parroquias de la diócesis que distan entre sí cerca de 20 km. Las primeras quince familias reciben el oratorio en la parroquia de San Salvador y las otras en la parroquia de San Florián.

 

“Entre nosotros hay personas de todas las edades y estados: familias numerosas y solteros, matrimonios jóvenes y matrimonios de muchos años, con hijos y nietos. También contamos con un sacerdote, que recibe a la Virgen todos los días 30 del mes. La variedad y la distancia hacen que seamos realmente como San José en Belén, porque, moviéndonos en peregrinación entre las dos parroquias, alcanzamos un número siempre mayor de fieles y cada vez encontramos gente nueva que viene al encuentro de María y de su Hijo”.

 

En tan singular grupo se han recibido gracias prodigiosas, como la narrada a continuación: “Desde el comienzo del Apostolado del Oratorio, han nacido en nuestra comunidad ocho niños y varios de nuestros ancianos se han convertido en abuelos. Pero una pareja de jóvenes esposos obtuvo un favor muy especial. Después del nacimiento de su primogénito, no podrían tener más hijos. Al recibir el oratorio en su casa, quedaron firmemente convencidos de que la presencia de la Madre de Dios los ayudaría. El resultado no tardó en llegar: la esposa enseguida ya estaba esperando su segundo hijo y unos años después nacieron dos gemelas. Hasta hoy son cuatro hermanos: Juan, Francisco, Úrsula María y Elena María.

 

Sensible mejoría en las relaciones interpersonales

 

Desde la población de Pisticci (Italia), Rossella Morano cuenta que la misión mariana realizada por los Heraldos del Evangelio en la parroquia de Cristo Rey les dio un nuevo impulso a su iniciativa evangelizadora: “La entrega de los oratorios fue un momento emocionante. Nunca esperábamos semejante participación. Cuando recibimos el impreso para elaborar la lista de familias a las que les gustaría participar, aquella hoja nos pareció demasiado grande y vacía… Sin embargo, unos días después el formulario ya estaba lleno y las solicitudes continuaban creciendo, hasta el punto de que tuvimos que pedir más oratorios de la Virgen María.

 

“El sacerdote heraldo nos explicó que este apostolado no era simplemente hacer peregrinar el oratorio y rezar el Rosario, sino también una buena ocasión para visitar al vecino, algo que tal vez no habíamos pensado hacer antes, preguntarle si necesita alguna cosa, rezar un poco juntos. Por eso ahora parece que hay mayor respeto recíproco, una sensible mejoría en las relaciones interpersonales, también gracias al hecho material del paso del oratorio: llevarlo y recibirlo.

 

“Actualmente el Apostolado está mucho más activo. Son cerca de veinte oratorios confiados a otros tantos coordinadores, y cada uno de ellos llega regular y puntualmente a treinta familias diferentes. El culto es vivido profundamente por los fieles del lugar, pero no sólo de aquí, ya que se ha extendido a las áreas residenciales de Scalo di Pisticci y a los lugares vecinos, como Marconia, Tinchi y Craco Peschiera, y todavía hay más peticiones para recibir el oratorio. Todo esto es seguramente obra de la Virgen, que realiza sus maravillas sirviéndose de gente encantadora”.

 

Reconciliación y reanudación de amistad

 

De Portugal, desde la ciudad de Bragança, el P. José A. Machado da testimonio de cómo el Apostolado del Oratorio reanudó la amistad de dos familias que se habían vuelto enemigas: “Estando en una parroquia, hace cerca de seis años, conocí a dos familias que recibían el oratorio, pero no se hablaban. De tal manera eran enemigas que si una iba a salir a la calle, acechaba por la ventana para ver si no se cruzaría con la otra, para no tener que saludarla. La situación llegó al extremo de que cuando una de las familias iba a dejar el oratorio en la casa de la otra, en vez de llamar a la puerta y esperar a que abrieran, entrar y rezar una oración, como se suele hacer, dejaba el oratorio en la puerta, llamaba y salía corriendo para evitar encontrarse.

 

“Sin embargo, cierto día, una de las litigantes comenzó a reflexionar y llegó a la conclusión de que lo que hacía con la otra familia era absurdo, pues si iba a entregar un oratorio de la Virgen, rezaba por la paz en el mundo, por la conversión de los pecadores, etc., no era posible vivir así en riña con otra familia. Era una completa contradicción entregar el oratorio y no perdonar ‘a los que nos ofenden’… Rezó, se armó de valor y fue a la casa de su vecina. Llamó a la puerta y cuando la otra abrió, ¡qué susto no se llevaría! Esa persona, antes enemiga suya, estaba esperando con el oratorio en la mano y dijo: ‘Vecina, hace tanto tiempo que no nos hablamos, que vivimos como enemigos y, sin embargo, recibimos en casa el oratorio. Estuve pensando y me di cuenta de que estaba equivocada, vivía en contradicción, pues la Virgen no desea una cosa como esta. Quería pedirle disculpas y rogarle que reanudemos nuestra amistad’.

 

“A partir de entonces hicieron las paces y reanudaron su antigua amistad, todo por medio de una gracia enorme que les fue dada por el Apostolado del Oratorio”.

 

Numerosos beneficios recibidos en Alagoas

 

De entre los muchos hechos que podría darnos como testimonio, Joelma Castro, de Maceió (capital del estado brasileño de Alagoas), escogió para narrarnos lo que ocurrió con tres familias, bendecidas a partir de la llegada del oratorio: “Las madres estaban desempleadas, dos hacía más de un año. Y todas consiguieron trabajo, inmediatamente después de haber participado en el grupo del oratorio.

 

“También hubo el caso de beneficios de seguros sociales concedidos tras un largo tiempo de espera. Y en otra familia, el esposo que se había marchado de casa regresó al hogar, a ruegos de nuestra Señora. María no para de interceder por todos los que acogemos el oratorio”.

 

Fuerza para superar las dificultades en el matrimonio

 

El matrimonio Merriline y Jean- Paul Pitchee, de las islas Mauricio, reconoce que el hecho de rezar ante el oratorio les ayudó a vencer las dificultades de su vida conyugal. Nos cuenta Merriline: “Desde que recibimos el oratorio nuestra vida de pareja ha cambiado significativamente. Antes vivíamos momentos difíciles, pero gracias a los favores de la Santísima Virgen encontramos la fuerza, la valentía y la perseverancia para superarlos. Hoy somos una pareja feliz. Para mí personalmente, la Virgen es más que una simple madre. Le confío mis secretos, Ella me cura de mis males y me da un amor que nunca antes había tenido”.

 

Conversión esperada desde hacía diez años…

 

Muy complacida, Sophia Yang nos dice que organizaron un grupo del Apostolado del Oratorio en la parroquia coreana de Toronto (Canadá) y que nuestra Señora les ha concedido muchas gracias y favores. Nos relata uno de ellos, muy tocante, ocurrido en una de las familias de dicho grupo: “Una madre y sus hijos rezaban por la conversión del padre que, hacía diez años, estaba alejado de los sacramentos y de la oración en familia. El día que recibieron el oratorio por primera vez, el padre lo tomó en sus manos, miró fijamente durante unos minutos la imagen de la Virgen y les dijo: ‘Hoy voy a rezar el Rosario con vosotros. Y todas las veces que el oratorio venga a casa haré lo mismo’. La madre y sus hijos lloraron de alegría ante esta mudanza de corazón, tanto tiempo esperada”.

 

La presencia de María trajo calma a nuestra provincia

 

El Congo, país con casi 50% de población católica, ha pasado por muchas vicisitudes. Al ser constituido allí un grupo del Apostolado del Oratorio, asegura Pauline Nkumu, “podemos decir que si aquí, en nuestra provincia de Équateur, hay un poco de más calma en comparación con otras provincias, es gracias a la presencia de la Virgen Peregrina. Y queremos tener más oratorios, para ayudarnos a dar a conocer el poder de nuestra Santísima Virgen María”.

 

Cambios en la vida de muchas personas y familias

 

Para Betty Araujo de Durán, de Cuenca (Ecuador), el Apostolado del Oratorio es algo muy especial, pues con la presencia de María ha experimentado mucha paz y el amor maternal de la Madre de Dios para con todos los que la reciben. “Soy testigo de numerosos cambios de vida en diferentes personas y en muchas familias, como el despertar del amor a la Eucaristía, a los sacramentos y al rezo del Santo Rosario, cuya práctica ha sido causa de muchos beneficios espirituales. Experiencias como la de unir a las familias o la de ver la curación espiritual de sus devotos son muy frecuentes”.

 

Un drama que terminó en curación y conversión

 

Del infortunio es algo del que todo el mundo quiere huir… No obstante, con frecuencia la prueba es la mano de Dios en nuestra vida, para que nos dirijamos a Él con confianza. Eso fue lo que le pasó a la familia de Jimena Chávez Araya, de San José (Costa Rica). Cuenta que su hija Valeska, a los 6 años, tuvo una fiebre altísima durante una noche y cuando amaneció tenía la boca desviada hacia la derecha y el ojo izquierdo no podía cerrarlo. La llevaron urgentemente al hospital y le diagnosticaron parálisis de Bell; le pronosticaron que el tratamiento iba a ser largo, entre seis meses a dos años, con posibles secuelas.

 

Su prima era coordinadora de un oratorio y justo en aquel día la familia que lo recibiría tuvo un imprevisto y no estaría en casa. Entonces le ofreció llevárselo a ella, afirma Jimena, “a fin de que nos uniéramos en oración para pedirle a Nuestra Señora de Fátima la pronta recuperación de mi hija. Durante la visita de dos días rezamos el Santo Rosario en familia. A los quince días de fisioterapia, medicamentos y continua oración, Valeska ya no presentaba ninguna parálisis facial y el médico le dio el alta. “A partir de entonces Valeska es fiel seguidora de la Virgen de Fátima, pues, por su intercesión, recibió la gran gracia de la curación física y, posteriormente, también un proceso de conversión familiar. Estoy segura de que fue un verdadero milagro, porque a causa de ese drama de la enfermedad la Santísima Virgen María nos convirtió, en cuanto familia, en fieles devotos suyos y actualmente somos católicos practicantes”.

 

Agradecer y participar del trabajo de los Heraldos

 

Andrea de Sousa Morais y su esposo, Renato Azevedo Alves, coordinadores de un oratorio en Joanópolis (Brasil), cuentan que tuvieron el primer contacto con los Heraldos del Evangelio cuando nuestra Señora los visitó en mitad de una trágica coyuntura de su vida.

 

Con dos hijos aún pequeños, ella había sido internada en la UCI del Hospital Nove de Julho, de São Paulo, víctima del síndrome de Guillain- Barré, y estaba en coma inducido. Así lo narra Renato: “Los Heraldos habían llegado para visitar el hospital yendo de cama en cama. Cuando llegaron a la nuestra, recibimos la imagen. Andrea no podía mover los brazos y le puse su mano en los pies de la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Hice junto con los Heraldos una bonita oración y ella fue bendecida por el sacerdote que los acompañaba. Nos quedamos bastante emocionados, fue un momento que nos conmovió mucho. Siempre hemos sido una familia católica, participantes en la Iglesia, pero en aquella circunstancia nos sentimos muy tocados por Nuestra Señora de Fátima. Y con la gracia de Dios, por intercesión de Ella, Andrea salió del hospital.

 

“Ahora, catorce años después, tenemos una nueva oportunidad de encontrarnos con los Heraldos para agradecérselo. Agradecimiento, pero también participación en la misión, a través de uno de los grupos del Apostolado del Oratorio. Los Heraldos han estado haciendo un lindo trabajo con la misión mariana aquí en Joanópolis, evangelizando en los comercios, en las casas; las Misas de la mañana y de la noche estaban llenas, y para nosotros ha sido un momento transformador, nuevamente. Lo que viene a confirmar que nuestra misión es estar aquí y colaborar con el trabajo maravilloso que los Heraldos del Evangelio hacen. Nos sentimos muy halagados y afortunados”.

 

“Le doy las gracias al fundador de los Heraldos”

 

Muchas veces el oratorio llega a un hogar de forma inesperada, en un momento en que la familia más lo necesita. Es lo que asegura Lilibeth Caruso, de Houston (Estados Unidos): “El oratorio no es sólo un busto. Su presencia se siente. nuestra Señora se humaniza. Llega a nuestro hogar para solucionar nuestras dificultades diarias, pues va trabajando nuestra alma. No obstante, también necesita que la ayudemos a aliviar su dolor por la espada que traspasa su corazón, al ver a su Hijo crucificado por todos nuestros pecados. Las personas que han tenido la maravillosa oportunidad de recibir el oratorio en sus casas sienten un cambio en sus hogares y en sus vidas. Cada hogar que visita es escogido por Ella con una misión que reserva en su corazón.

 

“Le doy las gracias a los Heraldos del Evangelio, en la persona de su fundador, Mons. João Scognamiglio Clá Dias, por haberme permitido participar en este bello Apostolado del Oratorio, para servir a nuestra Madre”. 

 

1 El Apostolado del Oratorio promovido por los Heraldos del Evangelio consta de un grupo de 30 familias, coordinado por una de ellas, la cual pone en circulación entre todas una pequeña capilla de la Virgen durante un mes, de forma que transcurridos los treinta días haya visitado a cada una de las familias de su grupo, reiniciándose la peregrinación al mes siguiente

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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