“Pude ver, con alegría, la participación de mis hijas”

Publicado el 10/14/2019

El Prof. Reinaldo Kiss Ivanicska Júnior, director de una escuela de Nova Friburgo y padre de dos alumnas del Proyecto Futuro y Vida, muestra su satisfacción por el trabajo realizado con sus hijas en la casa de los Heraldos del Evangelio, cuando dice: “Me llamó la atención esa manera simple, pero fascinante de convocar a los jóvenes a ejercer su religiosidad de manera más efectiva. Pude ver, con alegría, la participación de mis hijas en estas actividades y la felicidad de reinsertarme yo mismo nuevamente en el caminar religioso”.

 

Nova Friburgo – La participación en la Santa Misa, la

recepción de bendiciones o las presentaciones musicales de

las alumnas del Proyecto Futuro y Vida son una oportunidad

para que las familias se reúnan en la casa de la rama femenina.

“Mi hija empezó a llegar serena y calma”

 

Igualmente, Luciano y Fabricia Guzzo expresan su entusiasmo por participar en las actividades de la comunidad de las hermanas de Nova Friburgo: “No nos queda más remedio que agradecerle a la Virgen el haber conocido a los Heraldos del Evangelio. Desde que nuestra hija comenzó a participar, lo acompañamos todo. Cada día íbamos conociéndolos más a fondo y sintiendo la presencia de Dios en todo lo que los Heraldos promueven”.

 

Manifiestan también su complacimiento por la transformación obrada en el comportamiento de su hija Laira, después de que ésta empezara a frecuentar el Proyecto Futuro y Vida en la casa de la rama femenina: “Ella comenzó a cambiar, obedecía, rezaba más y deseaba mejorar en todo lo que le agradaba a Dios. Empezó a llegar a casa serena y calma, como nunca la habíamos visto antes”.

 

Y recibieron con gran alegría la petición de su hija de ingresar en la institución: “Lo aprobamos en ese mismo momento, pues sentimos que su deseo de buscar la santidad era sincero. Además, ya habíamos estado vivenciando, como familia, que ella estaba recibiendo una formación católica auténtica, mucho amor, respecto y cuidados”.

 

Atestiguan aún su reconocimiento al trabajo evangelizador hecho por religiosos y religiosas: “El celo, la disciplina y la seriedad con el magisterio de la Iglesia sólo los encontramos en los Heraldos del Evangelio. Nosotros, familia, encontramos en los Heraldos la verdad de Cristo y el amor a la Virgen, que es el único camino que lleva a Jesús”.

 

“Por primera vez vi a toda mi familia en la Iglesia”

 

Del mismo modo, Roberto de Oliveira Amaral relata una nueva etapa de su vida, tras su participación, junto con sus hijas, en las actividades realizadas en la casa de la rama femenina de los Heraldos del Evangelio, de Nova Friburgo: “Empezamos a participar en las Misas todos los domingos. A rezar el Rosario en grupo aquí en nuestra comunidad. ¡Cuántas bendiciones! Un hermoso día fuimos invitados a hacer la preparación para la consagración a la Santísima Virgen, que fue fijada para el día 8 de diciembre de 2018, día de mi cumpleaños: por primera vez en 53 años vi a toda mi familia en la iglesia. Desde ese día la oración pasó a formar parte de mi vida. Todo esto fruto de los Heraldos del Evangelio, una Orden que tengo clavada en el corazón. Estoy muy feliz en sentir el cariño y el celo que tienen con nuestra Iglesia”.

 

Como estos, varios testimonios más muestran la satisfacción por el trabajo misionero de las hermanas de la rama femenina de los Heraldos del Evangelio. Seguras de que el “camino más excelente” (1 Cor 12, 31) es la caridad, tratan de llevar la palabra, la paz y la alegría a las personas, a fin de que, antes de que se establezca el triunfo de María en la tierra, Ella pueda triunfar en los corazones.

 

 

 

 

“Ha sido un regalo de Dios”

 

Hermanas de la casa Monte Carmelo cantaron, conversaron y repartieron regalos en una comunidad de recuperación de adictos a sustancias químicas.

 

Acompañando al P. Aumir Scomparin, EP, coordinador del Fondo de Ayuda Misericordia, un conjunto musical de la rama femenina de los Heraldos del Evangelio visitó el 7 de septiembre la Comunidad Terapéutica Maanaim, de Vargem Grande Paulista, Brasil.

 

El objetivo del viaje era solemnizar la Misa celebrada por el P. Scomparin en la capilla de esa benemérita institución dedicada a la ardua tarea de auxiliar en la recuperación de dependientes químicos. Pero las hermanas fueron más allá e improvisaron un pequeño concierto musical para los internados, rezaron el Rosario con ellos y les entregaron regalos, estimulándoles con palabras de esperanza.

 

Agradecida a los Heraldos del Evangelio, María Lucy, propietaria de la Comunidad Terapéutica Maanaim, relata la historia de la fundación, satisfecha por toda la ayuda prestada por los Heraldos: “Esta comunidad empezó más o menos hace diez años. Llegó un momento en el que ya no teníamos cómo hacer frente a la construcción.

 

Entonces fue cuando mi padre me dio una agenda, que recibía todos los años de los Heraldos. Y hojeándola encontré: ‘Fondo Misericordia’. Escribí al P. Aumir Scomparim y, solucionados los trámites necesarios, obtuvimos la ayuda pedida. Después de cuatro años más o menos, decidimos hacer una mejoría, un alojamiento, y nuevamente contamos con la ayuda de los Heraldos del Evangelio.

 

El P. Scomparim, a través del Fondo Misericordia, nos dio esa magnífica colaboración. Y hoy él, con todo su equipo —religiosas y sacerdotes— está aquí para celebrar la quinta Misa realizada en esta comunidad por los Heraldos del Evangelio. Lo agradezco profundamente, ha sido un regalo de Dios”.

 

Diversos aspectos de la visita realizada a la Comunidad Terapéutica Maanaim – Vargem Grande Paulista (Brasil)

 

 

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