Consejos de San Pío de Pietrelcina sobre cómo relacionarte con tu Ángel de la Guarda

Publicado el 03/02/2021

Que tu corazón siempre sea el templo de la Santísima Trinidad, que Jesús aumente en tu alma el ardor de su amor y que él siempre te sonría como a todas las almas que él ama.

Que María Santísima te sonría durante todos los acontecimientos de tu vida, y que tu buen ángel de la guarda vele siempre sobre ti, que pueda ser tu guía en el camino escabroso de la vida.

Que siempre te mantenga en la gracia de Jesús y te sostenga con sus manos para que no puedas tropezar en una piedra. Que te proteja bajo sus alas de todas las trampas del mundo, del demonio y la carne.

¡Qué consolador es saber que cerca de nosotros hay un espíritu que, desde la cuna hasta la tumba, no nos deja ni por un instante, ni siquiera cuando nos atrevemos a pecar.

Y este espíritu celestial nos guía y protege como un amigo, un hermano.

 

Es muy consolador saber que este ángel ora sin cesar por nosotros ofreciendo a Dios todas nuestras buenas acciones, nuestros pensamientos, nuestros deseos, si son puros. Por el amor de Dios, no te olvides de este compañero invisible, siempre presente, siempre dispuesto a escucharnos y listo para consolarnos.

Mantenlo siempre presente en el ojo de tu mente. A menudo recuerda la presencia de este ángel, dale las gracias, órale a él, siempre mantén la buena compañía.

Confíale tus sufrimientos a él. Ten un miedo constante de ofender la pureza de su mirada. Sabe esto y mantenlo bien impreso en tu mente.

Él es muy delicado, muy sensible. Dirígete a él en momentos de suprema angustia y experimentarás su ayuda benéfica.

Nunca digas que estás solo en la batalla contra tus enemigos. Nunca digas que no tienes a nadie a quien puedas abrir tu corazón y confiar.

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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