
Mons. João Clá Dias
María Santísima tenía muy presente que su Hijo sería entregado como víctima en reparación por los pecados de la humanidad, pero sabía que aún no había llegado la hora.
Cuando fue informada sobre el aviso del ángel, Ella le transmitió a su esposo algunas de las razones más altas de esa huida, que él no había considerado. Al reconocerla como auténtica maestra y oyéndola encantado San José se dejaba instruir sin que, no obstante, disminuyera en nada su papel director.
Esta trinidad de la tierra se mostraba enteramente dispuesta al sacrificio, aceptando con verdadera dulzura de corazón todos los sufrimientos que la Providencia le enviaba.
Tomado de la Revista Heraldos del Evangelio nº 198, enero 2020, p. 52