Entre las diversas representaciones del Sagrado Corazón de Jesús, una se destaca por la milagrosa circunstancia en que se volvió célebre a los ojos del mundo. Se trata del «Detente», un pequeño escudo con la figura del Corazón Divino, revelado a Santa Margarita María Alacoque, el 16 de junio de 1675. En el año de 1870, una mujer romana, después de consagrar al Corazón de Jesús a su hijo que se alistaba como Zuavo Pontificio, para defender al papado en las guerras de unificación italiana, le entregó un «Detente» que ella misma había bordado sobre un pedazo de paño rojo diciéndole: “Él te devolverá sano y salvo a mi cariño”. El joven salio ileso de la batalla diciendo que una bala golpeó su pecho, quedando clavada en el «Detente» sin causarle ningún daño.
La madre, contó lo ocurrido al Papa Pío IX, quien al tomar conocimiento del milagroso hecho, concedió la aprobación definitiva a ésta devoción y dijo: “Esto, señora, es una inspiración del Cielo”. Y, después añadió: “Voy a bendecir este Corazón, y quiero que todos aquellos que fueren hechos según este modelo reciban esta misma bendición. Además, quiero que Satanás de modo alguno pueda causar daño a aquellos que lleven consigo este Escudo, símbolo del Corazón adorable de Jesús.”