
El Sol nunca es tan lindo como cuando ilumina una iglesia.
Plinio Corrêa de Oliveira
La Providencia determinó, y está en el orden del universo, que el calendario humano se marcara por el movimiento de los astros; y que considerando ese movimiento los hombres tuviesen el más maravilloso de los relojes hecho por el más magnífico de los relojeros.
El Sol, este gran puntero de Dios, cuando hace que sus rayos atraviesen un vitral rojo enciende un rubí, al reflejarse sobre un vitral verde fulgura una esmeralda. En el fondo ¿qué es él? ¡Es el Astro-Rey! El Sol nunca es tan lindo como cuando ilumina una iglesia.