El mundo de la imagen, las malas lecturas y la mala prensa.

Publicado el 03/07/2024

Muchos actos delictivos e inmorales cometidos por los jóvenes fueron aprendidos en el cine. Pues bien, muchas películas y libros no son sino un auténtico curso de de inmoralidad que minan los cimientos más profundos de la fe.

Padre George Hoornaert, SJ

6.ª asechanza: el mundo de la imagen

El cine puede servir para alentar la virtud y los nobles ideales. Sí, puede, pero de hecho la mayor parte de las veces hace todo lo contrario. ¡No hay más que ver los títulos! No hay más que ver lo que propician muchas escenas… Los Padres de la Iglesia hablaron severamente del teatro. ¿Qué dirían ellos ahora…?

Leer una novela supone reflexión, requiere tiempo y esfuerzo. Al paso que en una película todo sucede rápidamente. En un libro la acción es narrada. En la pantalla, la acción se lleva a cabo.

Muchos actos delictivos e inmorales cometidos por los jóvenes fueron aprendidos en el cine. Si a unos padres les dijesen que a sus hijos les están impartiendo un curso de inmoralidad, ¡qué revuelo se armaría! Pues bien, muchas películas no son sino un auténtico curso de de inmoralidad.

Sin embargo, algunos padres, ilusos e ignorantes, incluso llegan a prometer a sus hijos: «Hijo mío, estudia esta tarde, y esta noche veremos una película de estreno.» Lo cual quiere decir: «Estudia, monín, y en recompensa tendrás emociones fuertes y tentaciones que arruinarán tu alma.»

Bien poca es la formación que se adquiere con el cine. Las películas eliminan el hábito del esfuerzo que supone reflexionar en profundidad, y lo sustituyen por el fácil atractivo de la acción y de la emociones. El que se limita a mirar, desprecia el trabajo de la reflexión.

Los espectadores del cine se engañan a sí mismos al pensar que ya saben mucho de una cosa porque la han visto en una película, y descuidan «el incorporar el saber a su alma», pues todo serio aprendizaje siempre resulta costoso.

Desde que fuimos echados del Paraíso, el «ganarás el pan con el sudor de tu frente» se aplica a todo trabajo, incluyendo el del conocimiento y estudio. El cine hace furor. ¡Cuántas horas a la semana la gente gasta viendo películas! ¡Y cuán poco tiempo le dedican a Dios, ya haciendo oración en

su casa o en la iglesia!

7.ª asechanza: las malas lecturas y la mala prensa

Escoge bien tus libros. Más vale un libro que temple tu voluntad que un libro que enerve sensibilidad. Muchos violadores y criminales empezaron por las malas lecturas.

«Preferiría que no supieseis leer, a veros leer lo que puede menoscabar la integridad de tus costumbres.» Esta frase la escribió Quintiliano, un pagano que no conoció el cristianismo.

No pienses que las lecturas un tanto ligeras no harán mella en tus convicciones o en tus costumbres.»

Tal vez sea así al principio. Pero las pequeñas grietas poco a poco irán arruinando tu alma. Toda debilidad constituye en nuestra vida espiritual un «escape», y por esta pequeña hendidura se escapan la felicidad y los méritos ante Dios.

Pequeñas causas producen a veces grandes efectos. Piensa sino en la polilla.

«Yo soy fuerte», replicas. También lo son los grandes árboles. Sin embargo un pequeño gusano los pudre.

Las grandes caídas no ocurren de golpe, sino que han sidoprecedidas por otras pequeñas. Todo es cuestión de empezar. Al principio la mala lectura se lee con cierto temor y hasta con disgusto, pero pronto se acrecienta la curiosidad y entran grandes ganas de saber como acaba…

El tentador se vale también de otra formidable arma de guerra: la mala prensa, los diarios y las revistas corruptores y sensacionalistas. Hay diarios que tienen una tirada de cientos de miles de ejemplares.

¡Son, por tanto, una ametralladora de cientos de miles de balas! Sus efectos perniciosos todavía se triplican y cuadriplican porque un mismo ejemplar pasa de mano en mano.

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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