Plinio Corrêa de Oliveira

Nuestra Señora de la Merced – Iglesia de la Merced, Lima
Nuestra Señora conoce a cada uno de sus hijos, con sus cualidades y defectos, y tiene, para cada uno considerado individualmente, una misericordia incalculable. Por eso debemos tener la certeza de que pidiéndole algo, obtendremos.
Puede suceder que una persona pida a Ella alguna cosa pensando que es para su bien, pero no es. Entonces Nuestra Señora no concede aquello. Sin embargo, da algo mejor de lo que la persona está pidiendo. Hasta en eso entra la misericordia, porque Ella conoce más lo que nos conviene.
Aunque estemos en estado de pecado, Nuestra Señora es así. Ella tiene pena de nosotros y da gracias preciosas para enmendarnos y brillar delante de Ella por toda la eternidad.
Así siendo, no hay razón para quedarnos nerviosos y agitados. Si Nuestra Señora obtiene aquello que es bueno para nosotros, aun cuando no comprendamos por qué está sucediendo algo malo, debemos estar tranquilos, pues nuestra Madre vela por nosotros. Este es el secreto de la calma.
(Extraído de conferencia del 12/10/1990)