El simbolismo de la Medalla Milagrosa

Publicado el 11/27/2021

A un lado de la medalla, la Santísima Virgen apoya sus pies sobre el mundo y aplasta una serpiente, expresando así su realeza, recordada en Fátima y afirmada como una victoria sobre la Revolución: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará”. La Revolución será derrotada, y en la Contrarrevolución tendremos la victoria del Inmaculado Corazón de María.

El 27 de noviembre se conmemora la fiesta de la Santísima Virgen María de la Medalla Milagrosa, el día en que Ella se apareció a Santa Catalina Labouré en París y le reveló el diseño de la medalla milagrosa en el año de 1830.

Nuestra Señora pisa al mundo y a una serpiente

Cuando se dio a conocer esta revelación, se verificó que la Medalla Milagrosa era una ocasión de un gran número de gracias de conversión, de las más extraordinarias. Con lo que quedó patente, o se ratificó una vez más, que esta devoción era muy querida por María Santísima. Debido a esto, se estableció la excelente costumbre de colocar en el punto de unión de las cuentas del Rosario, la Medalla Milagrosa. De hecho, su culto está rodeado de todo tipo de gracias.

Esta devoción preparó a las almas muy poderosamente para la definición de uno de los dogmas más importantes de Nuestra Señora: la Inmaculada Concepción. Vale la pena, por tanto, que hagamos un análisis de la medalla y de todo lo que simboliza, para entender el objetivo que la Divina Providencia tenía cuando favoreció con tantas gracias esta devoción, revelada por la propia Madre de Dios a Santa Catalina Labouré.

De un lado de la medalla vemos a la Santísima Virgen poniendo sus pies sobre el mundo, afirmando su realeza en toda la tierra. Esta es exactamente la doctrina de la realeza de Nuestra Señora, recordada en Fátima y afirmada como una victoria sobre la Revolución: el comunismo extenderá sus errores por todas partes, el Papa tendrá mucho que sufrir, la Iglesia será perseguida, pero “por fin mi Inmaculado Corazón triunfará”.

O sea, la Revolución será derrotada y en la Contrarrevolución tendremos entonces la victoria del Corazón Inmaculado de María.

Nuestra Señora aparece aplastando bajo sus pies no sólo el mundo, sino también una serpiente, lo que resulta totalmente coherente con el resto, porque en ese mismo lado de la medalla está escrito: “¡Oh María concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a vos!”

Se trata, por tanto, de la Inmaculada Concepción, pero con un atributo que no se encuentra en las imágenes de esta advocación como tal:

La Virgen tiene las manos abiertas en señal de acogida, y de ellas se desprenden rayos luminosos. Son gracias y favores que por su462s manos – por acción, a través de Ella – descienden sobre el mundo.

Visión grandiosa de la victoria de María Santísima

Tenemos así algo que nos hace pensar en la verdad de Fe de la mediación universal de María. Las gracias pasan por las manos de Nuestra Señora – que son las distribuidoras de los dones divinos – y en una enorme cantidad se derraman sobre la Tierra.

Según varias revelaciones, la victoria sobre la Revolución tendrá lugar en
el momento culminante de los castigos descritos de diversas maneras.

La Beata Ana Catalina Emmerich, por ejemplo, en una de sus descripciones narra la victoria de Nuestra Señora en el Vaticano. Ella ve a María Santísima entrando en la Plaza de San Pedro – hecho muy curioso, porque da la idea de que Ella no estaba presente en el Vaticano –, elevándose hasta lo alto de la cúpula desde donde extiende su acción sobre el mundo entero y lo cubre con su manto; y entonces la Revolución acabó.

De este lado de la medalla tenemos así una serie de conceptos, que se enlazan para dar una visión gloriosa de la victoria de María en el mundo.

Esas gracias descienden para la conversión de los pecadores, de los herejes, pero también al castigo de los irreductibles, para la protección de aquellos que han permanecido fieles hasta el fin, y la ayuda para permanecer en fidelidad.

 

Todo esto sale de las manos de Nuestra Señora como de un manantial.

Ella es amable, risueña, acogedora con todos aquellos que, en vista de este conjunto de hechos, de símbolos, de atributos, de nociones, se dirijan confiadamente a Ella, pidiéndole las gracias que necesitan.

La parte posterior de la medalla no es menos simbólica. Contiene los elementos de varias devociones conjugados: las doce estrellas recuerdan aquellas con las que se representa a la Santísima Virgen coronada en el Apocalipsis; en el centro vemos la “M”, la primera letra del nombre de Nuestra Señora, sobre la que hay una cruz. 

Esto recuerda mucho todo lo que enseña San Luis Grignion de Montfort, en el “Tratado de la Verdadera Devoción” y en la “Carta Circular a los amigos de la Cruz”.

Son gracias concedidas en los tiempos modernos para la lucha contra la Revolución: el dogma de la Inmaculada Concepción, que debería definirse unas pocas decenas de años después de la aparición de la Medalla Milagrosa; las devociones al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, nacidas de las revelaciones de Paray-le-Monial y dadas para impedir la Revolución en Francia; la obra de San Luis María Grignion de Montfort, también suscitada para impedir aquella Revolución.

De modo que todos estos símbolos se combinan como una especie de compendio de los temas o de los puntos más sensibles para la piedad católica, que recuerdan a los católicos aún más, el objeto natural de sus inclinaciones, de su confianza.

Tenemos aquí la razón por la cual esta medalla ha sido objeto de tantas gracias. Recuérdese que no fue diseñada por nadie. Toda su configuración, todos los elementos que hay en ella fueron indicados por Nuestra Señora a Santa Catalina Labouré. De tal manera que tiene un significado muy profundo, es una especie de compendio de las devociones que más debemos considerar. Por esta razón necesitamos amar mucho esta medalla, viéndola como un programa para nosotros; usándola y uniéndola siempre con nosotros.

Otra espléndida devoción que los católicos siempre han tenido, desde la Edad Media para acá, es el Rosario.

Colocar esta medalla en el Rosario es una idea muy feliz, muy armoniosa, lógica, razonable, y constituye un todo de piedad que mucho nos debe hablar al alma y despertar nuestra devoción.

Escudo contra todas las tentaciones del demonio

Aparición a Santa Catalina Labouré

Pidamos a la Virgen, por las gracias de la Medalla Milagrosa, el favor de acelerar el día de su victoria. Y también para ayudarnos a ser fieles durante todas las tormentas que se avecinan.

Porque debemos recordar bien que la perseverancia es una gracia inapreciable. ¿De qué le sirve a una persona tener fe, virtudes, si luego cae en pecado? Esta perseverancia no es fruto de nuestras cualidades personales, sino de la gracia que debemos pedir humildemente, de implorar con insistencia, y a la que es necesario corresponder.

Por lo tanto, necesitamos pedir gracias nos garanticen la perseverancia.¡Hay, hoy en día, tantas almas probadas, llevadas por el demonio por los caminos más execrables! Tal vez no todos tienen la idea de lo que es la acción, la fuerza del diablo en el momento en que vivimos. Un santo, cuyo nombre no recuerdo, afirmó que son tan numerosos demonios que flotan por los aires para la perdición de almas que, si pudieran ser vistos, oscurecerían incluso al Sol, ya que formarían una especie de capa alrededor de la Tierra.

Estos son los demonios, quienes, según Ana Catarina Emmerich, actúan sobre las almas para llevarlas al pecado, no directamente, sino creando un clima que permite después que la tentación de otros demonios sea casi irresistible, abrumadora. Si el mal en nuestros días tiene tantas posibilidades de progresión es porque encuentra en todas partes el clima psicológico preparado.

En mi opinión, el diablo tienta a la gente muchas veces al día. No siempre serán tentaciones sensibles, por supuesto. Pero es una acción casi imperceptible. También hay demonios que hacen asaltos violentos; estos, sin embargo, no son los más peligrosos.

Así que debemos entender que esta medalla, con todos sus símbolos y recomendada por Nuestra Señora, es una de las promesas de su alianza con nosotros. Es uno de los medios, una especie de escudo que Ella nos
da para la lucha contra todas las tentaciones dnel demonio.

La invocación de Nuestra Señora de las Gracias o de la Medalla Milagrosa, por todo lo que contiene y, sobre todo, por la Inmaculada Concepción que está aplastando la cabeza del demonio, es particularmente efectiva en esta lucha contra el poder de las tinieblas, que tanto y tanto debemos trabar en nuestros días.

Esta es una razón más para aferrarnos a esos símbolos, a esta medalla, al escapulario del Carmen, al Rosario.

Siempre debemos tener con nosotros estos objetos de piedad, como un medio para luchar contra el demonio. Esta es una consideración que me parece particularmente importante en los días en que vivimos.

Extraído de conferencia del 27/11/1964

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Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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