El verdadero título de gloria

Publicado el 06/15/2022

Además de pobre, escrofulosa, muy delgada, con la mano derecha deformada, Santa Germana Cousin era despreciada por su padre y perseguida por su madrastra. A pesar de eso, ella afrontó todas las dificultades con extrema dignidad porque estaba segura de que tenía un valor: ser hija de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. El título “católico” es lo que realmente importa; todos los otros son secundarios.

Plinio Corrêa de Oliveira

El día 15 de junio la Iglesia celebra la memoria de santa Germana Cousin. El resumen biográfico de ella que vamos a comentar está tomado de Louis Veuillot 1 .

Su casa era un lugar de martirio y no de reposo

Germana Cousin nació en 1579, en Pibrac, Toulouse, en el momento en que Francia era devastada por las guerras de religión.

Un tiempo, por tanto, de mucha pobreza porque las guerras de religión impedían naturalmente el desarrollo de la agricultura, y la escasez de alimentos era muy grande.

Era hija de Leoncio Cousin, pobre agricultor, y desde niña, cuando perdió a su madre, su vida fue un constante sufrimiento. Delgada, desnutrida, escrofulosa, también tenía la mano derecha deformada. Su apariencia la llevó a ser rechazada por su padre, quien nunca le mostró el más mínimo afecto ni evitó la cruel persecución que su segunda esposa hacía a su hijastra.

Casa paterna de Santa Germana Cousin en Pribac, Francia

La casa paterna de Germana, por lo tanto, era para ella un lugar de martirio y no de reposo. Su madrastra la reprendía constantemente, obligándola a dormir en un establo sobre duros jergones. También le prohibió que se acercara a sus ocho hermanos.

Germana, sin molestarse, amaba con especial cariño a los niños, sirviéndoles cada vez que podía. Dios le inspiró el amor al sufrimiento y por eso aceptaba con alegría estas humillaciones, añadiendo a ellas otras austeridades. En toda su vida, sólo se alimentó de sobras de comida y pan y agua.

Aquí hay un conjunto de datos que infunden mucho respeto y admiración.

Hay ciertas figuras que nacieron para darnos un ejemplo de seguridad sobrenatural en sí mismas y no de seguridad natural. Porque ellas son, por designios de la Providencia, de tal manera marcadas por la deformidad, por todo tipo de títulos que las coloca por debajo de todos los demás en el orden de los valores humanos, lo cual sería suficiente para que estas personas abrieran un agujero en el suelo y desapareciesen.

Así vemos una pobre nada, huérfana, escrofulosa, débil, con la mano derecha deformada, algo que de por sí desfigura a cualquier persona, pero aun así, duele más cuando es pobre y tiene que trabajar con sus propias manos, se vuelve más o menos inútil…

Extrema dignidad, sin ninguna rebeldía

Santa Germana

Esta persona vive en la casa de su padre. Y, signo supremo del desprecio que todos le tienen, el propio progenitor pareciera no reconocerla como hija, no le dispensa cariños como a una hija y la entrega a la furia y al desprecio de esa mala mujer. Ella vivía como una criada en la casa de su padre, durmiendo en un establo sobre duros jergones y haciendo el papel de pastora.

Podría, por lo tanto, llevada por la vergüenza y la timidez, buscar huir o hacerse una niña rebelde. No; se comporta con extrema dignidad, acepta la

situación en la que se encuentra, no se rebela, busca complacer a los niños, hijos de los que la persiguen, y lleva su vida con sencillez, segura de que ella tiene un valor.

Es una criatura humana bautizada y por tanto hija de Dios. Y siendo hija de Dios, no necesita nada más para impulsar la paz bien por lo alto frente a todos los demás. Y ahí la tenemos a ella, por lo tanto, con modestia y naturalidad delante de este diluvio de manifestaciones de desprecio, dirigiendo todo con espíritu sobrenatural y superior a su vida.

Ufanía de ser católico

Se cuenta el caso de una hija de Luis XV quien, sintiéndose desatendida por una criada le dijo con energía:

¿Usted se olvida que yo soy hija del rey?

La criada, que era consciente de que la princesa estaba equivocada en su juicio, dijo:

¿Su Alteza se olvida que yo soy hija de Dios?

¡Es una hermosa lección! Una respuesta que indica claramente la seguridad y altanería de la persona para quien basta su posición de católica.

Aquí vemos la seguridad, la paz, la tranquilidad hecha de fe de Santa Germana, frente a una situación que daba para que ella quedase abrumada. Ahora, veremos los esplendores que la Divina Providencia hizo para premiar a esta sierva, que tanto se ufanaba de su dignidad de hija de Dios.

Mientras ella reza, los ángeles cuidan del rebaño

Germana era pastora.

Pastor es un oficio poético, pero en Europa es considerado como una ocupación muy humilde. Es cuidar adecuadamente de los animales, no no hay nada de técnico ni veterinario. Es solo una especie de guardia de burros, vacas, ovejas, cabras.

Aunque perseguida por algunos miembros de la familia, ella cuidaba de sus carneros con verdadero celo.

Se dice que, para ir a la iglesia, los dejaba al cuidado de la Providencia. Ningún animal se extravió o excedió los límites que ella estableció, marcando el suelo con su bastón; tampoco fueron atacados nunca por lobos.

¡Qué hermosa escena! La pastora fea, tambaleante y deforme, pero que tiene contacto directo con el Cielo; Dios, Nuestra Señora y su Ángel de la Guarda hablan con ella. En ciertos momentos ella quiere rezar, y por una inspiración interior, porque sin una inspiración esto no se entiende –, va con el bastón y traza los límites exactos. Y luego con certeza les advierte: “¡Atención, no salgan de aquí!” Cuando ella regresa, todos están allí, pero deja también una prohibición de que entren los lobos; y de hecho, no entran lobos. Los ángeles velan por el rebaño mientras ella va a rezar y a agradar a Dios nuestro Señor.

La despreciada, la pisoteada, la humillada va a la iglesia y Dios obra un milagro. Es costumbre del Creador realizar milagros. Sin embargo, en su alegría celestial inaccesible, nos causa admiración el hecho de que Él se regocije en la compañía de esta pastora, humillada y despreciada por todos.

Notemos ¡cuánto vale una persona que es despreciada injustamente, pero que sabe sobrellevar bien el desprecio de que es objeto.

Vivía en la pobreza pero ayudaba a los pobres

En el campo, Germana siempre estaba en unión con Dios. El rosario era su oración constante, así como la salutación angélica. Grande era su devoción a la Santísima Virgen, a quien pedía valor para llevar adelante su difícil vida.

Realmente es muy difícil aceptar el llevar adelante una vida así. Porque es muy bonito pensar: “Ah, qué bonita la ovejita, estoy rezando las Avemarías, y después me voy para mi pobre catre.” Pero a la hora de acostarse en el catre, sentir el frío, comer un pobre mendrugo de pan, aguantar la cara de la mala mujer cuando, mintiendo, le dice al padre que Germana ha perdido una veja, y el progenitor le da un castigo injusto. Recibir bien todo esto y todavía complacer a los niños de la musaraña y pésima mujer; esto es muy poético, pero absolutamente no es fácil. Se necesita fuerza y ella sabía dónde buscarla: en la oración, a los pies de Nuestra Señora. Porque es precisamente en la oración donde está la fuente de toda fortaleza.

Enseñaba el Catecismo a los niños de la vecindad y era la protectora de los pobres, a quienes llevaba los restos de su casa.

De hecho, los que mejor saben dar limosna, en general, son los pobres. Las personas muy ricas difícilmente dan limosnas. Los de mediana fortuna o los pobres sí la dan.

Yo conozco el caso curioso de una señora riquísima. Ella tenía una casa que ocupaba toda una cuadra en un importante barrio de São Paulo, y en el cual ella vivía. Esta señora tenía buenas relaciones con el ramo pobre de su familia.

Sin embargo, dos yernos pésimos arruinaron su fortuna, haciéndola caer en igual o mayor pobreza que la de sus parientes pobres. Entonces ella tuvo este interesante comentario: “Qué gracioso, no pensé que al volverme pobre cambiaría tanto. Si yo hubiese sabido entonces que ustedes pasan por las penurias que yo paso hoy, cuando tenía dinero los hubiera ayudado”. Eso dice mucho…

Santa Germana era pobre, pero encontró una manera de ayudar a los pobres. Así que llevaba víveres y sobras de comida de la casa para ayudar a los más necesitados.

Los panes se transformaron en flores

Los panes se transformaron milagrosamente en flores

Con esta pobre pastora un día se reprodujo el mismo milagro de Santa Isabel de Portugal. Su madrastra la persiguió, juzgando que hubiese robado comida de la despensa.

¡Podemos imaginar qué vida! Una persona honestísima y la pésima mujer:

– “¿Te robaste la rosca?”

No, no lo hice.

¡Sí la robaste! ¿Dónde está?

Al abrir su delantal, en lugar de pan, como predecía, solo encontró flores raras, nunca vistas y de perfume inigualable.

Aquí se hace referencia al famoso milagro de Santa Isabel. Ella no podía decirle a su esposo que estaba ayudando a los pobres. Un día él se acercó y le preguntó: “¿Qué llevas allí?” Ella dijo que eran flores. Abrió el delantal y los panes estaban convertidos en rosas.

Aquí pasó lo mismo para proteger a Santa Germana contra la ira de la mala mujer. ¡Es un hecho de una grandeza extraordinaria! Se yergue como una estrella, toca las estrellas con la mano y la madrastra queda del tamaño de una hormiga atrofiada y fea.

Humilde, modesta y combativa

Muerte de Santa Germana

Una mañana Santa Germana no salió, como de costumbre, a cuidar su rebaño. El padre fue al encuentro de ella y estaba muerta en su pobre cama.

Era el año 1601, cuando estaba completando 22 años.

Ahora viene la glorificación.

La gente acudía a su funeral, porque historias sin cuenta corrían a respecto suyo.

Dentro de casa, relegada a dormir en un catre, bajo la ira de la madrastra y el desprecio del padre. Gloriosa en toda la región y pisoteada entre los suyos.

Cuarenta y cuatro años después de su muerte su cuerpo fue encontrado intacto, siendo reconocida su autenticidad por la mano deformada.

Esto es muy bonito. Encontrar el cuerpo intacto es uno de los elementos que favorecen el proceso de canonización. Por lo tanto, el camino hacia la gloria de los altares se abrió para ella a través de la mano deformada, símbolo de su aceptación de la voluntad divina. Es una lección muy hermosa que se expresa en este hecho.

Basílica de Santa Germana en Pribac, su pueblo natal

Canonizada en 1867, en el año de 1901, comienza la construcción en Pibrac de una gran basílica en su honor.

Que Santa Germana nos dé la gracia de tener esta enorme seguridad de que nuestro verdadero y único título de gloria es ser hijos de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Que esta santa pastora nos alcance ese amor a la Iglesia por el que no insistimos particularmente en nada más en esta vida aparte de pertenecer a la Iglesia Católica.

Además, pidamos que nos alcance la combatividad que ella ciertamente tuvo. Ella tan humilde, tan modesta, tan abnegada, parece lo contrario de la combatividad. Pero siempre que alguien tiene una virtud extrema, también posee la virtud opuesta en el otro extremo. Sólo tales personas son verdaderamente combativas.

Como solamente son personas verdaderamente combativas aquéllas que a la hora de la compasión también saben compadecerse.

Entonces, vamos a pedirle que nos dé las virtudes necesarias para nuestro estado, así como también ella tenía las necesarias para su estado.

Tomado de conferencia del 15/6/1967

Notas

1) No disponemos de los datos biográficos de la obra citada

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“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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