
Esta es la confusión llena de confianza y certeza de ser atendido, con la cual debemos ir a la Sagrada Eucaristía:
Señor mío, no tengo qué deciros… Veo que anduve mal, pero confío en Vos porque sois la solución de todo.
Vos sois el Camino, la Verdad y la Vida. Con confianza me postro a vuestros pies con mis pecados, como Santa María Magdalena. Sé que no me rechazaréis ni me abo- minaréis. Con confianza os pido: ¡enmendadme! Vos sois Aquel que a todos enmendáis y curáis: curadme y enmendadme a mí también. Estoy como el ciego, el paralítico, el leproso del Evangelio. ¡Curadme de mis enfermedades de alma, como curasteis aquellos cuerpos!
Por vuestra Madre, a quien nunca negasteis nada y la cual nunca niega cosa alguna que se pida a Ella, yo os suplico: ¡curadme!
Oración compuesta por el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira el 5/01/1974