Esposa de Jesús Crucificado: Santa Gema Galgani

Publicado el 04/11/2024

Dios escogió a Santa Gema para una alta y penosísima misión: para ser víctima expiatoria, que, en unión con Jesús inmolado en el Calvario, se ofreciese a la divina justicia por los delitos del mundo. Solo teniendo esto muy presente se explica la vida crucificada de esta admirable santa.

Padre Germán de San Estanislao1Director Espiritual de Santa Gema Galgani

Entre el firmamento maravilloso de los santos, podemos contemplar los diferentes caminos de santificación por donde el Señor los llama para seguirlo. Uno muy especial es el unirse y configurarse de una manera especial con la Pasión de Cristo y su Santa Iglesia.

Dios escogió a Santa Gema Galgani para una alta y penosísima misión: para ser víctima expiatoria, que, en unión con Jesús inmolado en el Calvario, se ofreciese a la divina justicia por los delitos del mundo. Solo teniendo esto muy presente se explica la vida crucificada de esta admirable santa.

¿Qué es ser víctima expiatoria?

Se trata probablemente de una práctica piadosa cada vez menos frecuente entre los católicos de hoy, siendo que hubo tiempos mejores en que no solamente era muy conocida, sino respetada y admirada con enorme gratitud. Son almas que se ofrecen voluntariamente como reparadoras de los pecados de otros, a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo quien fue la Víctima Expiatoria por excelencia.

Quien no tenga presente que Gema es una víctima, no sabrá apreciar debidamente la mayoría de los hechos de su vida ni la conducta que con ella sigue la Divina Providencia

El alma pide con un coraje sobrenatural admirable, que arideces y desolaciones espirituales -en que parece sumida en las más horribles tinieblas sin ninguna consolación sensible relacionada con Dios, especialmente en la oración; que enfermedades o incluso la muerte, pasando por la aceptación de reveses, contrariedades, incomprensiones, accidentes, humillaciones y maltratos, le sean enviados por Dios para reparar y evitarle un castigo a pecadores que deberían pagar y responder por sus injustos agravios.

Es que Gema era una víctima expiatoria: su vida tenía razón de sacrificio y, en consecuencia, hay que buscarla siempre sobre el ara, siempre recibiendo los golpes del divino sacrificador, siempre ofreciendo al Señor su sangre generosa.

Quien no tenga presente que Gema es una víctima, no sabrá apreciar debidamente la mayoría de los hechos de su vida ni la conducta que con ella sigue la Divina Providencia

Ofrecerse en calidad de víctima expiatoria a ejemplo de Jesús a fin de obtener de Dios una gracia de conversión para otros, es algo así como un llamado que el Señor hace y que podemos aceptar reconociendo nuestra flaqueza e imposibilidad de realizar semejante vocación. Nuestro Señor Jesucristo en el huerto de los Olivos no se sentía capaz de padecer lo que veía venírsele implacablemente ante la cruel indiferencia de sus apóstoles.

Esposa de Jesús Crucificado

Gema no fue un alma sombría y enemiga de la alegría de vivir. Su rostro era un vivo retrato de jovialidad: nadie logró verla jamás triste, ni siquiera en los momentos de las mayores pruebas.

Gema llegó a ser esposa de Jesús como los grandes santos. Llegó a lo que en mística se llama matrimonio espiritual. Pero fue una esposa del crucificado en todo el sentido de la palabra. Fue una esposa de sangre.

Gema en carta a su confesor Monseñor Volpi del 12 de setiembre de 1899 le manifiesta que Jesús le ha anunciado que llegará a ser su esposa de sangre:

Cuando sea tu esposo de sangre, yo te amaré, pero crucificada. Muestra tu amor para conmigo como yo lo he mostrado contigo. ¿Y sabes cómo? Sufriendo penas y cruces sin cuento.

Has de sentirte con todo muy honrada, si te trato así y si te llevo por caminos ásperos y dolorosos. Permito que te atormente el demonio, que te disguste el mundo, que te aflijan las personas más queridas para ti y que, con un martirio cotidiano y oculto, tu alma sea purificada y probada. Tu, hija mía, durante este tiempo piensa solamente en practicar grandes virtudes.

Este el momento apropiado. Corre por el camino de la voluntad divina, humíllate y ten la seguridad de que, si te mantengo en la cruz, es porque te amo”.

Jesús llegó a pedir que si era posible se le evitara ese cáliz de amargura y sin embargo pidió fuerzas y valor para someterse enteramente a la Voluntad Divina. Y se le apareció un ángel que lo confortó (Lc 22,43). Es decir que todo parece indicar la necesidad de un contacto intenso con lo sobrenatural para tener ese coraje y resolución de aceptar el sacrificio expiatorio único, ineludible e intransferible de entregar la propia vida para lo que Dios disponga con ella y así obtener una gracia para los hombres que no nos sería dada de otra manera.

En las ansias sublimes de padecer , que llenan toda la vida de nuestra santa estigmatizada, quería Gema que sus dolores le llegasen pasados por las manos de María. “Madre mía, que yo conozca la cruz, no ya la cruz de Cristo, sino la cruz que mejor me cuadre, haz que yo la conozca y pueda decir: ¡Oh Jesús, todavía más, todavía más!

Cuán cumplidamente le alcanzase esta gracia la Santísima Virgen, lo prueba la sed insaciable de padecer que constituye uno de los fenómenos más sorprendentes de su vida.

Yo amo a Jesús y a mi mamá2 , los busco siempre y no deseo perder ocasión de agradarles… Para mañana quiero una gracia muy grande de mi mamá: deseo una cruz, una cruz muy grande; esto se lo pido como regalo, pero que sea una cruz muy grande, para seguir con ella a Jesús Crucificado”.

No se tome por esto la conducta de Santa Gema como la de un alma sombría y enemiga de la alegría de vivir. Su rostro era un vivo retrato de jovialidad: nadie logró verla jamás triste, ni siquiera en los momentos de las mayores pruebas.

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Tumba de Santa Gema, en el altar del Santuario dedicado a la santa, en la ciudad italiana de Lucca

Santa Gema es patrona de los que sufren graves enfermedades y tentaciones, pero que quieren ofrecer todo por Dios y por la salvación de las almas. Fueron numerosas las personas que llegaron donde ella movidas únicamente por la curiosidad y volvieron a sus casas transformadas y convertidas.

Falleció el 11 de abril de 1903 en Lucca, ciudad donde vivió casi toda su vida. Fue beatificada en el año 1933 y canonizada en 1940 como santa pasionista.

Notas

1Venerable Germán Ruoppolo, sacerdote profeso de la Congregación de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas) con el nombre de Germán de San Estanislao. Distinguido profesor y escritor de textos filosóficos y teológicos, fue muy apreciado por los papas León XIII y San Pío X, que le confió la tarea de Visitador Apostólico en varias diócesis italianas. Sus restos se encuentran en el monasterio-santuario de Santa Gemma, en Lucca, donde descansa junto a su más famosa hija espiritual. Fue declarado Venerable por San Juan Pablo II en 1995.

2Apelativo con el cuál Santa Gema llamaba cariñosamente a la Santísima Virgen María

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