
A fin de cuentas ¿Qué es el “fracaso”? ¿Una falla? ¿Un desastre? ¿Un infortunio? ¿O un estruendo muy fuerte como lo indica la etimología de la palabra?
Parece ser, al mismo tiempo, todas esas cosas y quizá otras más… no es tarea fácil definir lo que es el fracaso. Para solucionar el problema, surgió la idea de buscar la opinión de algunos autores de renombre.
Entretanto, el principal descubrimiento no fue ni siquiera lo que buscábamos –pues muchas veces tuvimos que buscar por sinónimos, ya que pocos utilizaban el término– pero la manera de cada uno entender el fracaso revelaba muchos aspectos de su propia manera de ser… Entonces, ¿Por qué no aceptar el desafío? Es por los frutos que se conoce el árbol.
Para quienes acepten el desafío, a continuación están dos definiciones, una de Santo Tomás y otra de Karl Jaspers: tienen 50% de posibilidad de acertar. No está tan difícil descubrirlo
1. El fracaso es la experiencia de la imposibilidad de la existencia en sus aspectos particulares y en su totalidad.
2. Cuando alguien está próximo de un gran bien y lo pierde, se lo llama (desafortunado) fracasado.
Pasemos entonces a la segunda etapa, ya no más con definiciones, sino con frases al respecto del fracaso. Los autores escogidos son: Plinio Corrêa de Oliveira, Monseñor João Clá Días, San Agustín y Blas Pascal.
1- En la medida en que el hombre tiene luces, encuentra tanto grandeza como miseria (fracaso) en el hombre. En una palabra, el hombre sabe que es miserable. Él es miserable porque lo es, pero es bien grande porque lo sabe.
2. Innumerables veces nos sentiremos enteramente abandonados. Esta será la hora de la confianza. Por ello, no debemos temer el naufragio (fracaso). Nuestro Señor está en nuestra barca, a veces durmiendo. Nuestra Señora está en nuestro monasterio fortaleza, muchas veces invisible. Pero los adversarios sí la ven y esto basta.
3. La Pasión fue el fracaso. Humanamente hablando, a primera vista es el fracaso de los fracasos. […] Este fracaso visto con ojos humanos no engloba la realidad. Porque cuando nosotros miramos a Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz y vemos sus brazos clavados; cuando miramos para esos clavos, no nos damos cuenta que veinte siglos después, […] cantamos “Luz de Cristo, Aleluya, Gloria a Dios en los Cielos”. Y las campanas repican Aleluya. Y esto por qué? ¡Porque hace dos mil años Él venció!
4. Los hombres mundanos son infelizmente felices; al contrario, los mártires eran felizmente infelices (fracasados), pues eran temporalmente infelices pero eternamente felices.
¿Lograron descubrir a quién corresponde cada frase? Si lo lograron o no, alégrense pues salieron victoriosos.¿ Por qué? Porque llegaron al final de este artículo a pesar del pronóstico contrario que aparece en el título.
De hecho, probablemente muy pocos llegarán a leer este último párrafo, no por el hecho que el ejercicio aquí propuesto sea muy complicado, sino por el hecho de haber un cierto tabú que la pereza mental inculcó en los subconscientes en relación a una actividad muy común –y osamos decir– necesaria para quién es hijo de nuestro Padre Celestial: la abstracción.