Plinio Corrêa de Oliveira
La devoción a Nuestra Señora de Fátima se desdobla en dos invocaciones: Nuestra Señora del Carmen y el Inmaculado Corazón de María. Así, en el conjunto de hechos en los cuales se enmarcan las apariciones de Fátima, la Santísima Virgen quiere ser venerada también por medio de esos dos títulos. ¿Qué relación tienen con el tema de Fátima? Nuestra Señora del Carmen está relacionada con el Monte Carmelo y, por tanto, con el profeta Elías y con toda la familia de almas que, pasando por San Juan Bautista y llegando hasta San Luis María Grignion de Montfort, representan el profetismo dentro de la Iglesia. Esto constituye una invitación a que tengamos espíritu profético. Otro es el
significado de que Nuestra Señora se presente bajo el título de Inmaculado Corazón de María. El corazón simboliza la mentalidad. Esta devoción supone la renuncia a nuestra mentalidad revolucionaria para asumir la participación en la mentalidad del Inmaculado Corazón de María. Es decir, significa vencer el orgullo y la sensualidad que son las dos raíces de la Revolución. Sin duda la Virgen María brilló de un modo perfecto en todas las virtudes, pero son la humildad y la pureza aquellas que, a justo título, los predicadores realzan más. Esto equivale, por tanto, a asumir una mentalidad contrarrevolucionaria. Hay, pues, un sentido profundo en la jaculatoria que acostumbramos rezar: “Cor Sapientiale et Immaculatum Mariæ, opus tuum fac” – Oh Corazón Sapiencial e Inmaculado de María, realizad vuestra obra. El Corazón Sapiencial de María es la mentalidad llena de sabiduría de la Madre de Dios, opuesta a la demencia revolucionaria. Se podría decir: “Corazón contrarrevolucionario de María.” Opus tuum fac significa que la mudanza completa de alma, para asumir la mentalidad de Nuestra Señora, depende de una iniciativa de Ella.
Corresponde, entonces, pedir a la Reina de los corazones, que realice la obra específica de cambiar la mentalidad de los hombres. Entonces, si queremos tener una devoción plenamente lógica, esclarecida y adecuada a Nuestra Señora de Fátima, debemos tener en vista esta reflexión, atentos al profetismo representado en la Reina del Carmen y, en cuanto a la advocación al Inmaculado y Sapiencial Corazón de María, considerarla como Aquella que trabaja los corazones para hacer que las personas adquieran la
verdadera mentalidad que deberían tener. La realeza de Nuestra Señora, un hecho indiscutible en todas las épocas de la Iglesia, se ha explicado cada vez más desde San Luis Grignion de Montfort, hasta llegar a aquel 13 de julio de 1917, cuando María anunció en Fátima: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”. Es una victoria conquistada por la Virgen, es su talón que aplastará, una vez más, la cabeza de la serpiente, quebrará el dominio del demonio y, Ella como triunfadora, implantará su Reino. Por lo tanto, debemos confiar en que María ya determinó atender las súplicas de sus hijos contrarrevolucionarios y que, Soberana del universo, puede hacer que la Contra-Revolución conquiste, de golpe, un incontable número de almas. Nuestra Señora Reina habrá de expulsar de esta tierra a los revolucionarios impenitentes que no quieren escuchar su llamado, de manera que un día Ella pueda decir: “Por fin mi Corazón Inmaculado triunfó”.* *
Extractos de conferencias de 31/05/1965, 25/11/1974 y 31/05/1991