Plinio Corrêa de Oliveira
Con excepción de la humanidad santísima de Nuestro Señor Jesucristo, ninguna criatura de Dios resalta tan bien la antítesis entre el bien y el mal como Nuestra Señora. Porque en Ella no hay ningún mal, esa oposición es muy fuerte.
Por otro lado, la virtud que le confieren la Inmaculada Concepción, la confirmación en gracia, en fin, todo lo demás, es de tal manera excelente, que hace de Ella la antítesis más completa del demonio. No se trata de decir que María es tan santa cuanto el demonio es malo. La santidad de Ella excede de lejos la maldad del demonio, ni es posible la comparación.
Además, incluso en esta imposibilidad de comparación, el contraste se afirma grandiosamente. ¡Ella es mucho más que el “antidemonio”, porque es la Madre Virgen del Salvador! Esto explica el inimicitias ponam, el talón que aplasta la cabeza de la serpiente.
Extraído de conferencia del 18/09/1992