La seriedad en la lucha contra el relativismo. Parte 1

Publicado el 02/08/2022

Recordando el trágico momento de su accidente automovilístico, en el cual se encontró entre la vida y la muerte, el Dr. Plinio entreteje profundas consideraciones sobre la gravedad de la vida y el mal del relativismo. ¡Qué siniestra es la vida de un hombre que se entrega a un ideal y le sirve con mediocridad.
 
Plinio Corrêa de Oliveira
 
Al recibir un pedido filial para tratar sobre el período posterior al desastre (El 3 de febrero de 1975, el Dr. Plinio sufrió un grave accidente automovilístico, que lo obligó a usar muletas y luego silla de ruedas hasta el final de su vida.) y la operación a la que fui sometido el 6 de febrero de 1975, no podía negarme a atenderlo. Sin embargo, no sabría qué decir, porque todo este período tuvo lugar dentro de una semiiconsciencia. Recuerdo confusamente que surgía, de vez en cuando, del subconsciente a la conciencia. Así, percibía por momentos gotas claras y grandes de realidad, pero escurridizas, que rodaban por el abismo de las circunstancias post-operatorias.
 
La muerte es el notario más augusto que hay en la Tierra
 

Dr. Plinio durante su período de convalescencia

 
En estas condiciones, no tenía idea de lo que realmente estaba pasando conmigo. Pero entre otras cosas, digamos que he expiado mis faltas. ¡Si expié las faltas de aquellos que serían mis discípulos, cómo lo doy por bien utilizado!
 
En medio de todo eso no me di cuenta de que estaba haciendo una cosa: tanto en los momentos de inconsciencia como en los momentos de conciencia, estaba ayudando a fortalecer en la posición contrarrevolucionaria los dos enormes ojos oscuros y sevillanos que me acompañaban en todo momento. (El Dr. Plinio se refiere a su secretario personal y fiel discípulo, João Scognamiglio Clá Dias, hoy Monseñor).
 
Porque veo por las repercusiones posteriores que él, con piedad filial, prestó atención en todo, analizó y sacó conclusiones de todo. Nuestra Señora fue servida en que él quedara edificado con lo que vio. ¿Hasta qué punto esta edificación pudo haber contribuido para que después él realizara lo que hizo? En una medida quizás no pequeña. Y si así fue,n está totalmente claro que en ese momento yo estaba sufriendo y ayudándole a traer tantos y tantos otros.
 
Hay ciertas cosas, estoy seguro, que sólo se enseñan o se sancionan con el ejemplo en el momento en que la muerte está cerca. La muerte es el notario más augusto que hay la Tierra. Lo que sucede en su presencia rara vez es fraude, ¡porque ella avanza y desenmascara todo! Es el juicio que está detrás de ella; la muerte no hace sino servir como heraldo del juicio. Y al escuchar los pasos del gran Juez que viene, ¡se necesita ser casi satánico para no tener miedo y no pedir perdón!
 
He asistido a muchos funerales en mi vida. Por supuesto, está en el orden de las cosas, un buen número de ellos de personas perfectamente insignificantes. El primer hombre que vi morir en mi vida fue un infeliz. Recuerdo haberlo visto estirado en un jardín, con los brazos hacia atrás, lívido, con los ojos vidriosos.
 
Podría ser la imagen, la encarnación del hombre insignifican-
te. Pero al mirarlo con la muerte circundante, la tragedia de la vida humana aparecía y la grandeza de la muerte también; y detrás de esto, la grandeza de Aquel a quien la muerte presagia.
 
En ese momento pude entender la forma de grandeza de la que era capaz ese pobre infeliz, a pesar de que no la hubiera realizado. Entonces, me vino una reflexión que nunca en mi vida he abandonado: ¡Si este desventurado es capaz de tanta grandeza, todo hombre es grande, siempre y cuando sea fiel!
 
La verdad es que en presencia de la muerte las cosas toman estas dimensiones.
 
Si hubiera en mi alma alguna superficialidad…
 
Si ver la muerte detrás de mí puede haberles ayudado, cómo lo doy por bien utilizado, cómo me alegra eso, ¡cómo me deja contento! ¿Cómo considerar lo que se me presentó en aquel momento? Imagine que yo tuviera una cierta superficialidad de
alma y que en ese momento apareciera. ¿Qué efecto tendría eso?
 

Fotografía del Dr. Plinio en la década de 1970

 
El desastre (accidente de automóvil) me ocurrió en 1975,
cuando yo tenía sesenta y seis años. A esa edad ya pasó una vida. Todo el mundo conoce bien mi pasado. Puedo decir que, a los ojos de los hombres – no me atrevo a decir a los ojos de Dios – es un pasado sólidamente estructurado, coherente, lógico, limpio, con rumbo continuo y desinteresado hacia el mismo fin.
 

Pierre Terrail de Bayard

 
Sentí emoción cuando, de muchacho, leí en una de las conferencias de la Université des Annales que Bayard, el
caballero de la época de Francisco I y Carlos V, era llamado “le chevalier sans peur et sans reproche” (el caballero sin miedo y
sin reproche)
.
 
Vuelvo a decir: no me atrevería a decir esto de mí mismo a los ojos de Nuestra Señora, pero a los ojos de los hombres, sí.
 
¡Nuestros adversarios no tienen coraje para negarlo! En cuanto a mi pasado, sus labios que solo destilan calumnias hacen silencio. Porque si me inculparan, yo les preguntaría: “¿Cuándo me vieron tener miedo y cuándo podrían hacerme un reproche?
 
¡Digan!” Y como saben que esa sería la respuesta, se callan. De hecho, si hubiera en mi alma alguna superficialidad, a pesar de la continuidad de esta obra, aparecería a los ojos del hijo, del amigo, del discípulo. Y si apareciera, podría causar una inseguridad – no creo que fuera duda – tal vez un empeño menor, en tal vez en una disminución del impulso. Y disminuyendo en su alma, disminuiría en todos aquellos que deberían estar bajo su orientación. Un menor impulso equivaldría a una reducción cuantitativa y cualitativa, lo que a su vez significaría un menguamiento de mi obra a los ojos de Dios, de los ángeles y de los hombres, una carcajada de la Revolución y una injuria extra pesando sobre la espalda cansa-
da de la Contrarrevolución.
 
Me levantaría del desastre con la impresión de haber cumplido con mi deber, y él sería edificado, porque no tomaría consciencia de lo que faltó y de lo que dejé entrever.
 
Extraído de conferencia del 6/2/1982
 
 
 
 
 
 
 
 

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