La victoria de la confianza. Parte III

Publicado el 03/26/2022

Mientras infundía terror en los adversarios, la Santísima Virgen no se mostraba a los defensores de su Santuario, dejándolos en un aparente abandono, pues quería de ellos un supremo acto de confianza.

Plinio Corrêa de Oliveira

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Después de las peripecias, riesgos internos y externos de todo orden y tamaño, la guarnición heroica de Czestochowa consiguió resistir hasta un determinado momento en que los suecos, desanimados, se retiraron.

Por la calma, impavidez y confianza desconcertaremos a los adversarios

Mientras los suecos mantenían el cerco, los sitiados hicieron una fiesta de Navidad dentro del monasterio. Con eso, los enemigos quedaron desconcertados – evidentemente por un milagro, pues eran muy buenos guerreros y no iban a engañarse tan fácilmente así – y comenzaron a abandonar sus posiciones.

Los oficiales, dándose cuenta de lo que realmente sucedía, concluyeron a su vez que los sitiados debían estar muy bien provistos en mantenimientos y municiones para permitirse tales fiestas. En realidad, las provisiones estaban ya en el fin. Treinta y ocho días de sitio habían transcurrido.

Es muy bonito y significativo para que veamos el valor de la piedad y de la confianza en la Providencia .

Los defensores de Jasna Gora estaban perdidos, no tenían mas municiones. La lucha era casi desesperada, pero ellos confiaban.

Hicieron, entonces, una conmemoración interna. En la hora de hacer la fiesta – que es la fiesta de la confianza – los suecos pierden la confianza.

Viendo eso, los suecos concluyeron: “No, esta todo perdido. Nosotros estamos en nuestro supremo élan, y ahora esta gente comienza a cantar y a festejar la Navidad! Ellos tienen municiones en cantidad ¡Vámonos de acá!

Si hubiese sido calculado por los católicos, sería verdaderamente un recurso de guerra psicológica. Los guerreros mas terribles de Europa en aquel tiempo fueron desbaratados.

Evidentemente son de esas cosas dispuestas por la Providencia. Vendrán días en nuestras vidas en que vamos a desconcertar a los adversarios por nuestra calma, impavidez y confianza. Ellos van a pensar que nosotros tenemos recursos mucho mayores de los que realmente disponemos y se irán.

¡Oh intransigencia sagrada! En la oscuridad de la noche, los cañones pesados fueron retirados de sus posiciones. De madrugada, los comandantes de tan numeroso ejercito se retiraron, cada uno para su lado.

Miller se dirigió a Piotrkoy; el Conde de Wrzeszczewicz partió para Wielun; el General Sadowski para Sieradz; el Príncipe sajón para Cracovia.

¿Cómo pudo haber sucedido, que apenas setenta religiosos, absolutamente no combatientes, sintiesen tanta fuerza en sí, que con cinco nobles y sus pocos criados, mas ciento sesenta soldadosde infantería, en su mayor parte simples campesinos, osasen oponer resistencia a un ejército tan numeroso, si el propio Dios, tutelando eslugar consagrado a la gloria de su Madre, no hubiese inspirado esa determinación a los religiosos?

Aunque algunas veces perdiesen la esperanza, siempre que después de la recitación de las oraciones se reunían en el refectorio y cada uno era consultado, todos votaban unánimemente que preferían antes caer, sufriendo la más terrible de las muertes, que permitir que el infame yugo sueco maculase con sus pies el lugar consagrado a la Virgen purísima.

¿Podemos imaginar lo que serían aquellas noches propiamente épicas?

El día terminó, van a la iglesia a rezar y después al refectorio a comer unos restos de pan, en fin, lo que debería haber allá, con un agua cualquiera. En esa hora son comunicadas las noticias del día. Es el momento en que los débiles se sienten desanimados. Tal persona quedó herida, tal peligro creció, tal otra cosa se agravó, noticias de catástrofe inminente.

El P. Kordecki, presidiendo, pregunta:

– Entonces, ¿Qué vamos a hacer? Todos, unánimes, responden:

– ¡Nosotros preferimos morir a que pies protestantes pisen el santuario de Nuestra Señora!

Es el falso ecumenismo liquidado, rechazado. ¡Oh intransigencia sagrada!, ¡oh ejemplo para nosotros!

Y cuando algunos de entre los nobles nos preguntaban si esperábamos los refuerzos turcos, irónicamente respondíamos que no confiábamos en el auxilio de los hombres, sino en el poder y en protección de Dios sobre ese santo lugar, y estábamos preparados para derramar la sangre por la honra de Dios, para guardar sin mancha la fidelidad a Dios, a la patria y al rey.

Dios mismo de tal modo dispuso esas cosas para que, entre los montes celebres por los milagros, también se contase ese Monte Claro de Polonia, defendido por una merced especial de Dios obtenida por la Santísima Virgen para que ningún hombre se pudiese vanagloriar de haberlo salvado o al menos repetir frases orgullosas y jactanciosas: “¡Fueron nuestras manos las que realizaron eso!”

La Virgen María va a la tienda del enemigo y le infunde terror

Nuestra Señora de Czestochowa – Santuario de Jasna Gora, Polonia

Ahora viene lo mas bello. Según el testimonio de los suecos, es manifiesto que Jasna Gora fue defendida milagrosamente y con suceso, pues el señor de Grodzicki, comandante de la artillería del Rey de Suecia, y otros revelaron que Miller relataba en el campamento que el único motivo que lo llevara a levantar el sitio de Jasna Gora fueron las palabras y la faz amenazadora de una noble Señora que apareció delante suyo, dejándolo perturbado.

¡Que bonito! Nuestra Señora no apareció a los defensores, ni les contó que ella estaba intimidando a los suecos. La Santísima Virgen dejo a los sitiados en la oscuridad completa, pues quería tener ese homenaje de confianza. Mientras tanto, ella desbarataba a los suecos.

Cuantas veces en nuestra vida parecemos completamente bloqueados, perdidos, y Nuestra Señora no nos dice que nos va a ayudar. Pero Ella está derrotando al enemigo, y pasamos impunemente. María Santísima ama que tengamos confianza en Ella en el momento en que parece abandonarnos.

Es en la hora de la aridez que Nuestra Señora le gusta que confiemos en ella.

Cuando fuéremos tentados de inseguridad, la virtud a ser practicada es la confianza contra toda verosimilitud: “Esto se ha de solucionar porque está en el camino de Nuestra Señora, es arquitectónico, razonable, y porque Ella dejó, en medio de la aridez, sobrevivir en mi espíritu la noción de algunos indicios contundentes. Por causa de eso continuaré y perseveraré, dé en lo que diere. La noche parece oscura, el adversario más poderoso, y los reveses mas evidentes y estrepitosos que nunca. Pues bien ¡es preciso continuar a confiar!”

Jesús durmiendo en la barca – Oratorio de San Felipe Neri, México

Santa Teresita del Niño Jesus tenía un pensamiento muy bonito a propósito del episodio en que los Apóstoles despertaron a Nuestro Señor en el Lago de Genesaret, mientras Él dormía en la barca. Ella en vez de haber gritado “Sálvanos Señor”, se hubiera echado a dormir a los pies de Jesús, con la seguridad que estando junto a Él, por más tormentas y tempestades, la barca no se hundiría.

A veces esa barca es nuestra alma.

En el cerco de Jasna Gora Nuestra parecía dormir, pero vigilaba.
la impresión de estar ajeno No estaba entre los suyos, sino en medio de los enemigos. Ella iba a la tienda de Miller a infundir miedo en él, y el poderoso general huyó. Eso me parece supremamente arquitectónico y característico de nuestra vía. Por tanto, debería ser marcado en letras de oro y fuego en nuestras almas

Algo de celestial y divino brillaba en su rostro

De ahí se esparció entre los suecos la noticia de que Miller había levantado el sitio por haber sido engañado por una doncella al servicio de los monjes. Lo que corría entre el pueblo, sin embargo, era que el general había sido advertido severamente por una señora que se le apareció, para que levantase el cerco so pena de hacer desaparecer completamente su ejército.

Con tal descripción concordaron las cartas de las monjas dominicanas de Piotrkow a las hermanas que estaban en Jasna Gora, las cuales contienen, entre otras, la siguiente referencia: Piotrkow era la ciudad donde se encontraban los suecos. Por tanto, esas hermanas estaban en contacto con ellos y escribieron a las de Jasna Gora, diciendo lo siguiente:

“Miller observó con gran atención aquí en nuestra iglesia el cuadro de Nuestra Señora de Czestokowa, y como el interprete pidió que le fuese obsequiada una copia de esa imagen, nosotros se la dimos y el propio Miller la tomo de las manos del interprete.”

¡Que un protestante tomara una imagen de Nuestra Señora en aquel tiempo era una cosa que nunca se había visto!

“De allí se nos hizo claro que el general quería verificar si la visión que había tenido a la noche era parecida con la del cuadro.

Las propias religiosas de Piotrkow relataron posteriormente al padre provincial, bajo cuya jurisdicción esta también el convento de Czestochowa, que Miller, habiendo tomado el cuadro de manos del interprete, dijo lo siguiente: ‘Absolutamente no es parecida con aquella virgen que se me apareció, pues no es posible ver a alguien comparable en la Tierra. Algo de celestial y divino, con lo que desde luego me asusté, brillaba en su rostro’.”

Aparición de San Pablo, eremita

San Pablo, eremita, siendo coronado por Nuestro Señor – Santuario de Czestochowa, Polonia

Y continuaba la carta:

“Afirmaban los propios suecos que algunos de ellos vieron una señora sobre los muros, apuntando los cañones y proveyendo con sus propias manos las armas necesarias a los defensores.”

¡Vean que belleza! La lucha estaba dura, algunos no tenían fuerza para arrastrar un cañón, otros ya no poseían coraje para dar un tiro, mas al final conseguían. Ellos no sabían de donde les había venido la fuerza para eso. Sin embargo era Nuestra Señora a quien ellos no veían, que los ayudaba. Sin embargo, el enemigo veía. 

Entonces los adversarios estaban en las trincheras; y a los que escababan la roca, que era en la base de la montaña donde estaba el convento, en dirección a los muros, apareció un venerable anciano que los aconsejó a dejar el trabajo inútil, puesto que ni en siete años lo conseguirían realizar. Amedrentados, pues, con estas apariciones, desistieron de dar continuidad al cerco.

No podemos considerar al anciano como otro sino San Pablo, primer eremita en cuya honra está consagrado este altar.

Dr. Plinio en 1972

A veces, cuando los infortunios se suceden uno al otro y se tiene la impresión de que nada más va hacia adelante, como es preciso, de hecho, hay que confiar en lo sobrenatural dentro de la aridez, sin ningún deseo de confiar, sin sentir para nada que Nuestra Señora nos va a ayudar, ¡teniendo hasta la impresión de que Ella nos abandono!

Esos son los momentos de mayor unión con Ella, son las horas de la confianza, en que se dice: “Madre mía, tengo la impresión de que está todo perdido. Pero me vuelvo a Vos y os pido que me auxiliéis. Yo nada más puedo hacer.”

En nuestras vidas, nos encontraremos innúmeras veces en situaciones así. Debemos pues, preparar nuestras almas para la idea de resistir, y nuestra gran arma, nuestro gran medio de éxito es la confianza ciega. Es en esta virtud que debemos ampararnos.

Vimos cómo en este convento, donde había  toda especie de dificultad, un puñado de héroes resolvió resistir hasta el fin. Esos héroes habrían sido destrozados, pero no sabían que en lo alto de las murallas donde luchaban, Nuestra Señora combatía por
ellos. Y hasta en la propia tienda del adversario Ella entraba para infundir terror.

¡Cómo lamento no ser pintor para pintar el cerco de Jasna Gora, los héroes luchando y la Virgen María, como una figura diáfana, cristalina, toda plateada, armando los cañones y haciendo disparar los tiros! ¡Que lección para confiar contra toda esperanza! María Santísima, invisible a los ojos de los combatientes y disparando cañones en lo alto de la muralla, merecería bien ser llamada Nuestra Señora de la Confianza.

Pidamos a Maria Santísima que nos dé esa confianza en Ella, y con eso venceremos obstáculos que nunca imaginaríamos vencer. Fue para eso que conduje esta tan larga y bonita historia de Nuestra Señora de Czestochowa.

Extraído de conferencia del 5/9/1972

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