La virtud que nos hace decidir según Dios: la Justicia

Publicado el 03/20/2022

Hno Guillermo Torres

“¡Quiero justicia! ¡Haré justicia por mis propias manos! ¡Pero qué injusticia!” Son algunas expresiones que solemos escuchar hoy en día… pero ¿sabemos realmente qué es la justicia?

Una breve historia nos introducirá el estudio de esta bella virtud:

¡Majestad, majestad! ¡Hágame justicia majestad!

El viejo mariscal cojeaba rápidamente con su bastón intentando alcanzar la carroza del rey que pasaba por su aldea. Su esfuerzo era descomunal pues sólo tenía una pierna y una enorme venda tapaba su ojo derecho, lo había perdido en la guerra; pero esto no era obstáculo para el viejo hombre de armas que continuaba sus gritos de súplica.

¡Majestad, atiéndame por favor! ¡Haga justicia se lo pido!

El rey escuchando los gritos, manda parar la comitiva y hace venir al hombre.

El mariscal se aproxima con sumo respeto, se inclina reverentemente y se presenta. Es un veterano de guerra que había sido herido por una bala de cañón enemigo mientras comandaba las tropas del rey. Su estado era tal, que no podía trabajar y la poca pensión que recibía del reino no le alcanzaba para sustentar a su fiel esposa y a su numerosa prole.

¡Es por eso que vengo personalmente ante vuestra majestad para que abogue por mi causa, majestad!

El rey, admirado por el fuego con el que hablaba el mariscal, vagamente se recordaba de él en el campo de batalla y con poco interés en los asuntos de hacienda le respondió:

Señor mariscal, preséntese mañana antes del mediodía, mañana me ocuparé de su caso.

El viejo mariscal, mirándolo fijamente a los ojos le contestó:

Majestad, si yo hubiera dicho lo mismo en el campo de batalla cuando usted nos mandó avanzar, yo no hubiera perdido ni mi ojo, ni mi pierna y usted no hubiera alcanzado la victoria.

El soberano conmovido por tan bellas palabras lo invitó a seguir la carroza y atendió su solicitud.

La justicia, es la virtud cardinal que dirige la voluntad a darle a cada uno, constante y perpetuamente lo que le corresponde estrictamente.

Es una virtud dirigida exclusivamente al relacionamiento con los demás, al contrario de las otras tres virtudes cardinales, y regula la retribución de todas aquellas cosas que al otro corresponden necesariamente, ni más ni menos de lo debido, por esa razón el símbolo con el que generalmente se figura la virtud de la justicia es una balanza.

Todas las actividades que realiza el hombre en esta tierra exigen una retribución, por ejemplo, al utilizar el transporte público yo quedo en deuda con todos los que hacen posible que se pueda prestar ese servicio, no sólo el que conduce sino también los que se encargan de la manutención, de la limpieza, de la organización, etc. por esa razón al pagar mi tiquete de transporte estoy cumpliendo con un deber de justicia.

También hay veces en que la justicia no sólo atañe a la retribución de un bien material sino espiritual, éste es el caso de la historia del Mariscal y del rey. Aquí ya no es meramente un trabajo manual que obliga al rey a darle una retribución al Mariscal, sino algo mucho más alto que de sí sería irretribuible: el hecho de arriesgar su propia vida por la nación. Éste es el fundamento de la extrema admiración y gratitud que debemos tener por justicia, a todos nuestros hombres y mujeres que exponen constantemente sus vidas al servicio de la patria trabajando en las Fuerzas Armadas y de Policía.

De la práctica de la virtud de la justicia florecen cuatro otras virtudes según a quien se dirija, así: la virtud de la religión dirigida exclusivamente a Dios, la virtud de la piedad dirigida a los padres y a la patria, la virtud de la observancia dirigida a los superiores; y de ésta última, florecen también otras dos la virtud de la obediencia y de la reverencia.

También existe otra virtud derivada de la justicia en función de la creación, pues como vemos en el relato del Génesis, Dios al crear el universo lo colocó en las manos del hombre para que él lo desarrolla y cuidara. El hombre por este mandato divino adquiere un deber de justicia con el mismo Dios para cuidar y proteger la naturaleza.

Existen tres tipos de justicia:

– Justicia Conmutativa: Es la que rige las relaciones de los individuos entre sí.

– Justicia Distributiva: Es la que regula las relaciones de la sociedad con el individuo.

– Justicia Legal: Es la que rige las relaciones del individuo con la sociedad, el gobierno y el estado.

Actualmente se ha tratado de otros tipos de justicia, aunque éstas son de cierta manera irrigadas por las tres justicias anteriormente enunciadas. Por ejemplo, la justicia social coincide con la justicia legal que regula los derechos y los deberes de los ciudadanos y recibe la influencia de la justicia distributiva; la llamada justicia internacional que regula las relaciones entre los estados, debe regirse por las normas de las tres justicias precedentes.

Toda injusticia cometida debe tener necesariamente una reparación para ayudar a resarcir de alguna manera los daños causados a la persona afectada.

De otra rama del frondoso árbol de la justicia florecen también otras virtudes según el don recibido por falta de débito estricto, de esta manera: por los beneficios recibidos, gratitud; por las injurias recibidas, el justo castigo al que las cometió; en el trato con los demás, afabilidad; en el desprendimiento de las riquezas y los bienes materiales, liberalidad; en apartarse de la letra de la ley: epiqueya; en las promesas, fidelidad; y en las palabras y hechos, simplicidad.

BIBLIOGRAFÍA

1. AYLLÓN, José Ramón. Ética Razonada. 9ª ed. Madrid: 2012 PALABRA

2. FERNÁNDEZ, Aurelio. Moral especial. 3 ª ed. Madrid: 2005, RIALP

3. KABORÉ, Julien. La Virtud. 1ª ed. San José: 2012, EDITORAMA

4. ROYO MARÍN, Antonio. Teología Moral para seglares. Madrid: 1996, BAC

Deje sus comentarios

Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

version mobile ->