
Santa Teresa de Ávila
Como me vi tan tullida y en tan poca edad y cual me habían parado los médicos de la tierra, determiné acudir a los del cielo… Tomé por abogado y defensor al Glorioso San José y encomendéme mucho a él; vi claro que de esta necesidad, como de muchas otras mayores de honra y pérdida de alma , este padre y señor mío me sacó con más bien de lo que yo sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora de haberle suplicado cosa alguna que haya dejado de hacer…
A otros Santos parece el Señor les dio gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas , y quiere el Señor darnos a entender que, así como le fue sujeto en la Tierra , que como teniendo nombre de “padre”, siendo ayo le podía mandar, así en el cielo hace cuánto le pide. Esto han visto algunas otras personas a quienes yo decía que se encoméndasen a él…
No he conocido a persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios que no la vea más aprovechada en la virtud… Si fuera persona que tuviera autoridad para escribir , de buena gana me alargaría en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho este glorioso Santo a mí y a otras personas … Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no me creyere y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devoción…
Extracto obtenido del Capítulo VI de la vida de Santa Teresa de Ávila.