Los increíbles frutos de la lectura espiritual y de oír atentamente la Palabra de Dios en la Misa

Publicado el 10/24/2023

Evitad, al oír la palabra divina, las sugestiones del demonio, que os engaña diciéndoos: “Esto lo dice por fulano, aquello por zutano”. No, queridos hijos; el predicador se dirige a cada uno de vosotros y quiere que os apliquéis las verdades que os expone.

San Juan Bosco

Además del tiempo destinado a vuestras oraciones de la mañana y de la noche, os aconsejo que dediquéis algún rato a la lectura de libros que traten de cosas espirituales, como son La imitación de Cristo; la Filotea o (Introducción a la vida devota) de San Francisco de Sales; la Preparación para la muerte, de San Alfonso María de Ligorio; Jesús al corazón del joven, vidas de santos y otros libros semejantes.

Grandes ventajas conseguirá vuestra alma con la lectura de estos libros; y doble será el mérito ante los ojos de Dios si lo leéis delante de quienes no saben leer. Al paso que os recomiendo la lectura de los buenos libros, debo encarecidamente encomendaros que huyáis, como de la peste, de los malos.

Los libros, diarios o folleto en que se menosprecia la santa religión y la moral, echadlos al fuego, como haríais con un veneno. Imitad a los cristianos de Éfeso, quienes, tan pronto como oyeron de San Pablo el mal que producen tales libros, se apresuraron a llevarlos a la plaza pública, e hicieron de ellos una hoguera, juzgando mejor que cayesen los libros en el fuego que sus almas en el infierno. Así como nuestro cuerpo se debilita y muere si no lo alimentamos, del mismo modo pierde nuestra alma su vigor si no le damos lo que necesita: el alimento del alma es la palabra de Dios, es decir, los sermones, la explicación del Evangelio y el catecismo.

Apresuraos, pues, a ir pronto a la iglesia: estad en ella con la mayor atención y aprovechaos de los consejos que os puedan convenir. Es muy útil y hasta necesaria para vosotros la asistencia al catecismo. No os excuséis diciendo que ya habéis hecho la primera comunión: pues, aun después de ella, tenéis necesidad de sustentar el alma, como alimentáis siempre el cuerpo: y si la priváis de este alimento espiritual, la exponéis a grandes males.

 

Evitad, al oír la palabra divina, las sugestiones del demonio, que os engaña diciéndoos: “Esto lo dice por fulano, aquello por zutano”. No, queridos hijos; el predicador se dirige a cada uno de vosotros y quiere que os apliquéis las verdades que os expone.

Además, lo que no sirva para corregiros de lo pasado, servirápara preservaros de caer en nuevas faltas en lo porvenir. Cuando oigáis algún sermón, tratad de recordarlo durante el día; y a la noche, antes de acostaros, deteneos un instante a reflexionar sobre lo que habéis oído; de esa manera sacaréis gran provecho para vuestra alma.

También os encarezco que, a ser posible, cumpláis con vuestros deberes religiosos en la propia parroquia, siendo el párroco la persona destinada especialmente por Dios para cuidar de vuestra alma.

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“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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