¿Por qué tanta devoción de los santos a las benditas almas del purgatorio?
Porque ellos comprendían perfectamente que por la Comunión de los Santos, las almas del purgatorio se hallan más cerca de Dios que nosotros, pues están siendo purificadas por sus pecados y su amor a Dios se va haciendo cada vez más intenso y aparte del auxilio que nos proporcionan cuando rezan por nosotros, nuestras oraciones por las benditas almas siempre nos santifican, aumentando nuestra unión con Dios y nuestra confianza en Él.
Veamos unos testimonios de los santos acerca del purgatorio:
“Una lágrima por un difunto se evapora. Una flor sobre su tumba se marchita. Una oración por su alma, la recoge Dios”. San Agustín
“He recibido muchos y grandes favores de los santos, pero mucho más grandes de las almas del purgatorio que, cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierra, su gratitud no conoce límites. Postradas frente al Trono de Dios, no cesan de orar por aquellos que las ayudaron. Por sus oraciones ellas protegen a sus amigos de los peligros y los protegen de los demonios que los asechan y no cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo, y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos. Si los católicos supieran cuán poderosos protectores se aseguran con sólo ayudar a las almas benditas, no serían tan remisos de orar por ellas”. Santa Catalina de Bolonia
“Si voy al purgatorio, haré como los tres jóvenes en el horno (Daniel 3, 23): me pasearé por entre las llamas cantando el cántico del amor. ¡Qué feliz me sentiría si, yendo al purgatorio, pudiese librar a otras almas y sufrir en su lugar, pues entonces haría el bien, libertaría a los cautivos!”. Santa Teresita del Niño Jesús.
“Siendo las almas benditas del purgatorio tan amigas de Dios yn estando, como están, confirmadas en gracia, parece que no hay razón o impedimento que les estorbe rezar por nosotros”. San Alfonso María de Ligorio
“A medida que el rocío refresca y levanta las plantas y flores marchitas, la Sangre de Cristo revive, reconforta y trae nuevas esperanzas a las almas en el purgatorio” Santo Tomás de Aquino
Tomado del libro “Recemos por las benditas almas del Purgatorio, pp. 3-5”