María estará a nuestro lado si la invocamos

Publicado el 05/04/2023

Estando para morir San Juan de Dios, esperaba la visita de María, de la que era tan gran devoto; pero no viéndola aún, se sentía afligido y se le quejaba. Mas en el momento oportuno se le apareció la Madre de Dios, y casi reprendiéndole de su poca confianza le dijo estas tiernas palabras que deben animar a todos los devotos de María: “Juan, no es mi manera de proceder abandonar a mis devotos en este trance”.

San Alfonso María de Ligorio

Animémonos también nosotros, aunque pecadores, y tengamos confianza en que ella vendrá a asistirnos en la muerte y a consolarnos con su presencia si le servimos con todo amor en lo que nos queda de vida.

Hablando nuestra Reina a santa Matilde, le prometió que vendría a asistir en la hora de la muerte a todos sus devotos que fielmente le hubieran servido en vida. “A todos los que me han servido piadosamente les quiero asistir en su muerte con toda fidelidad y como madre piadosísima, y consolarlos y protegerlos”. ¡Oh Dios mío! ¡Qué sublime consuelo al terminar la vida, cuando en breve se va a decidir la causa de nuestra eterna salvación, ver a la Reina del cielo que nos asiste y nos consuela y nos ofrece su protección!

Hay innumerables ejemplos de la asistencia de María a sus devotos. Este favor lo recibieron Santa Clara de Monteflaco, San Félix, capuchino; Santa Teresa y San Pedro de Alcántara. Y para más consuelo, citaré algún otro ejemplo. Refiere el P. Crasset que Santa María Oiginies vio a la Santísima Virgen a la cabecera de una devota viuda de Willembrock que sufría alta fiebre. La Santísima Virgen la consolaba y le mitigaba los ardores de la fiebre.

Estando para morir San Juan de Dios, esperaba la visita de María, de la que era tan gran devoto; pero no viéndola aún, se sentía afligido y se le quejaba. Mas en el momento oportuno se le apareció la Madre de Dios, y casi reprendiéndole de su poca confianza le dijo estas tiernas palabras que deben animar a todos los devotos de María: “Juan, no es mi manera de proceder abandonar a mis devotos en este trance”. Como si dijese: “Juan, hijo mío, ¿qué pensabas? ¿Qué yo te había abandonado? ¿No sabes que yo no puedo abandonar a mis devotos en la hora de la muerte? No vine antes porque no era el tiempo oportuno; ahora que lo es, aquí me tienes para llevarte. ¡Ven conmigo al paraíso!” Poco después expiró el santo, entrando en el cielo para agradecer eternamente a su amantísima Reina.

Ejemplo: María asiste a una moribunda abandonada

Terminemos este discurso con otro ejemplo en que se descubre hasta dónde llega la ternura de esta buena Madre con sus hijos en la hora de la muerte.

Estaba un párroco asistiendo a un rico que moría en lujosa mansión rodeado de servidumbre, parientes y amigos; pero vio también a los demonios, en formas horribles, que estaban dispuestos a llevarse su alma a los infiernos por haber vivido y morir en pecado.

Después fue avisado el párroco para asistir a una humilde mujer que se moría y deseaba recibir los Sagrados Sacramentos. No debiendo dejar al rico, tan necesitado de ayuda, mandó un coadjutor, quien llevó a la enferma el santo viático.

En la casa de aquella buena mujer no vio criados ni acompañantes, ni muebles preciosos, porque la enferma era pobre y tenía por lecho uno de paja. Pero ¿qué vio? Vio que la estancia se iluminaba con gran resplandor y que junto al lecho de la moribunda estaba la Madre de Dios, María, que la estaba consolando.

Ante su turbación, la Virgen le hizo al sacerdote señal de entrar. La Virgen le acercó el asiento para que atendiera en confesión a la enferma. Ésta se confesó y comulgó con gran devoción y expiró, dichosa, en brazos de María.

Tomado del libro, Las glorias de María, pp. 36- 37

Deje sus comentarios

Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

version mobile ->