
Nuestro modelo debe ser María Santísima que, al contrario de Eva, no conversa con la serpiente y, además, le aplasta constantemente la cabeza. Debemos pedir a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción tal actitud de espíritu.
Plinio Corrêa de Oliveira
Por haber sido concebida sin pecado original, la Santísima Virgen realmente pisa la cabeza del demonio. Hay, por lo tanto, un profundo sentido teológico en el hecho de representar la Inmaculada Concepción aplastando la serpiente. ¡Inmaculada Concepción! He aquí la invocación propicia para los contrarrevolucionarios 1.
El modelo para estos es María Santísima que, al contrario de Eva, no conversa con la serpiente y, además, le aplasta constantemente la cabeza. Debemos pedir a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción tal actitud de espíritu.
¿Qué es el talón de la Virgen sino los hijos que Ella suscitó para su servicio, humildes, desapegados de honores y glorias mundanos, deseosos únicamente de volverse sus instrumentos para aplastar la Revolución? Eso debe constituir nuestro mayor anhelo: ¡ser células vivas del glorioso talón de la Santísima Virgen, a cuya presión nada ha resistido a lo largo de la Historia!
Extraído de conferencias del 3/12/1964 y 31/1/1989
Notas
1 Por Revolución el Dr. Plinio entendía el movimiento que desde hace cinco siglos viene demoliendo a la cristiandad y cuyos momentos de apogeo fueron las grandes cuatro crisis del Occidente cristiano: el protestantismo, la Revolución francesa, el comunismo y la rebelión anarquista de la Sorbona en 1968. Sus agentes impulsores son el orgullo y la sensualidad. De la exacerbación de esas dos pasiones resulta la tendencia a abolir toda legítima desigualdad y todo freno moral. A su vez, denominaba a la reacción contraria a ese movimiento de subversión como Contra-Revolución. Estas tesis están expuestas en su ensayo Revolución y Contra-Revolución (cf. CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolução e Contra-Revolução. 5.ª ed. São Paulo: Retornarei, 2002), publicado por primera vez en la revista mensual de cultura Catolicismo en abril de 1959.