
San Alfonso María de Ligorio.
Oración inicial
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén.
Día Primero: Los siete dones del Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, visítame y llena con tu gracia divina, mi corazón que tú has creado. Ven y reposa sobre mí, Espíritu de sabiduría y entendimiento, Espíritu de consejo y fortaleza, Espíritu de ciencia, de piedad y de temor de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Segundo: El don de Sabiduría
Espíritu Santo, concédeme el don de sabiduría, para que guste cada vez más de las cosas divinas, y abrasado en el fuego de vuestro amor, prefiera con alegría las cosas del Cielo a todo cuanto es mundano y me una para siempre a Jesús, sufriendo en este mundo por amor a Él.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Tercero: El don de Entendimiento
Espíritu Santo, concédeme el don de entendimiento, para que, iluminado por la luz celestial de tu gracia, entienda bien las verdades sublimes de la salvación y la doctrina de la santa religión católica.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Cuarto: El don de Consejo
Espíritu Santo, concédeme el don de consejo, tan necesario en tantos pasos difíciles y melindrosos de la vida, para que escoja lo que más te agrade, siga en todo a tu divina gracia, y socorra a mi prójimo con buenos y cariñosos consejos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Quinto: El don de Fortaleza
Espíritu Santo, concédeme el don de fortaleza, haz que desprecie cualquier respeto humano, huya del pecado, practique la virtud con santo fervor y acepte con paciencia – y aún con alegría de espíritu – los desprecios, perjuicios, persecuciones y la propia muerte, antes que renegar por palabras y por obras a mi amabilísimo Señor Jesucristo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Sexto: El don de Ciencia
Espíritu Santo, concédeme el don de ciencia, para que conozca cada vez más mi propia fragilidad y miserias, la belleza de la virtud y el inestimable valor del alma; y vea claramente para siempre las celadas del demonio, del mundo y de la carne, a fin de poder evitarlas.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Séptimo: El don de Piedad
Espíritu Santo, concédeme el don de piedad, el cual me hará delicioso el trato y el diálogo contigo en la oración, haciéndome amar con un íntimo amor a Dios como a mi Padre, a María Santísima como a mi Madre y a todos los hombres como a mis hermanos en Jesucristo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Octavo: El don de Temor de Dios
Espíritu Santo, concédeme el don de temor de Dios, para que siempre con suma reverencia y profundo respeto me acuerde de tu divina presencia, tiemble como los ángeles ante tu divina majestad, y nada tema tanto como desagradar tus santos ojos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Día Noveno: Los doce frutos del Espíritu Santo
Espíritu Santo, amor eterno del Padre y del Hijo, dígnate concederme tus doce frutos: Haz que mi alma sea tu morada para siempre y mi cuerpo sea tu sagrado templo. Habita en mí y quédate conmigo aquí en la tierra, para que merezca verte eternamente en el Reino de tu gloria. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Tomado del libro, Espíritu Santo, tesoro de bondad y amor; pp.29-32