Plinio Corrêa de Oliveira

Nuestra Señora de los Desamparados – Basílica 5 de Nuestra Señora de la Merced, Barcelona
Oh María Santísima, Señora y Madre mía, os suplico que atentéis para las dificultades psicológicas y nerviosas que tanto me atormentan, con consecuencias dañinas para mi santificación e incluso para mi salud.
En parte, ellas derivan de factores psicológicos nativos, de los cuales no tengo culpa. Sin embargo, sé que mi insuficiente correspondencia a vuestra gracia, en cierta medida, contribuye para el desenvolvimiento de esos factores en mí.
No ignoro que la acción del demonio se agrega a todo eso para agravarme la situación.
Anclad, no obstante, en mi alma la convicción de que, siendo Madre de incomparable bondad, no sólo de los enfermos y de los afligidos, sino también de los culpados, mis culpas no desvían de mí vuestra misericordia, sino que la atraen con soberana y benéfica grandeza, haciéndola posar sobre mí y resolviendo mis penosos problemas.
Así, es “gimiendo bajo el peso de mis pecados” que “me postro a vuestros pies”, y hago de mis propias faltas un argumento para implorar en mi favor vuestra insuperable bondad.
Tened compasión de mí, “oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María”. Decidme una sola palabra y mi alma y mi cuerpo serán curados. Amén.
* No hay registro de la fecha en que fue compuesta esta oración.